Tener hijos es lo más maravillosos que le puede pasar a un hombre y a una mujer. Asimismo, esta es la tarea más difícil a la que se enfrentan en su vida ya que nadie tiene un manual de instrucciones para saber cómo hacer las cosas de manera adecuada. En ocasiones, uno puede creer que está haciendo lo mejor para sus descendientes y esto no ser así. No obstante, cuando los progenitores ven que sus retoños consiguen sus metas en la vida, ellos se sienten inmensamente felices y orgullosos de estos y del papel que han hecho como padres. Es por ello que si le preguntas a muchos progenitores qué es el éxito para ellos, la respuesta será: ver crecer a tus hijos y que estos sean buenas personas.
Ver crecer a tus hijos y que estos sean buenas personas es tener éxito en la vida
Una vez que tienes un hijo, el instinto de protección de como padre y madre lo llevarás de por vida. Da igual que tus descendientes tengan 5, 20 o 50 años. Siempre vas a tener esas ganas de cuidarlos, darles lo mejor de ti e intentar que sean los más felices posibles.
Evidentemente, la crianza de un hijo empieza desde el momento en que nace. Desde bien pequeños es fundamental inculcarle valores y principios, jugar con ellos, hacer actividades para criar niños inteligentes, fomentar que hagan deporte, que se alimenten bien y que luchen por sus sueños, entre otras cosas. Pero por encima de todo ello, hay una cosa imprescindible que es educarles para que sean buenas personas.
Para que alguien sea una persona de bien, una de las características que debe tener es empatía. Saber ponerse en el lugar del otro hará que tus hijos se sensibilicen con muchas situaciones, y evitará, por ejemplo, que sea partícipe de casos de bullying. Es más, puede que incluso saque la cara por esas personas que están siendo atacadas y discriminadas injustamente.
Si quieres que tu hijo o hijos sean empáticos, tú debes ser el primero que dé ejemplo de ello. Recuerda que para los niños, los padres son siempre un espejo donde reflejarse y que repiten muchos comportamientos que ellos hacen.
Por otro lado, también es fundamental que corrijas a tu pequeño cuando se equivoca. Pero para ello, no es necesario gritarles, ya que esto no es resolutivo. El diálogo es la mejor arma que puedes tener. Debes hacerle comprender dónde está su fallo y las consecuencias que sus actos le pueden traer. Asimismo, es fundamental que les enseñes que la arrogancia, el egoísmo, la soberbia y el pisar a los demás para conseguir sus metas nunca deben formar parte de su personalidad.
El mundo ha cambiado mucho
Por desgracia, en la actualidad, se han dejado por el camino muchos valores en una sociedad en la que vale más el postureo y lo que se ve en las redes sociales, que lo que realmente es la persona por dentro. No obstante, para aquellos que siguen creyendo en la buena gente y en los principios, el mayor éxito que pueden lograr es ver crecer a tus hijos y que estos sean buenas personas.
Incúlcales desde bien pequeñitos el respeto por los mayores, ya que ellos son los que los cuidaron cuando eran chicos. Enséñales la importancia de que tengan un buen corazón, que sean amables, que sepan perdonar y que no sean rencorosos. Es más, si te paras a pensar, si tus hijos acaban siendo buenas personas cuando crecen, eso será una señal de que tú también lo eres y que la misión más complicada que hay en la vida, que es la de ser padre o madre, la habrás hecho con sobresaliente.
En definitiva, intenta que tus hijos sean la versión mejorada de tu persona. Eso sí, recuerda que cada uno tiene su personalidad y que todo el mundo comete errores. Asimismo, ten presente que en algún momento estos se tropezarán con alguna piedra en su camino. Pero sabiendo que te tienen a ti, les será más fácil seguir adelante.
Para finalizar, puedes ver en el siguiente vídeo, cómo es posible ser más empático.