La uveítis surge como consecuencia de la hinchazón y/o inflamación de manera regular de la úvea. Se debe tener en cuenta que esta es la capa que se sitúa en el medio del ojo y que abastece gran parte del riego sanguíneo a la retina. Normalmente, este problema surge entre los 20 y los 50 años, a pesar de que es una dolencia que puede aparecer antes o después del rango de edad mencionado.
Causas de la uveítis
Las causas de esta enfermedad en el ojo son varias. De hecho, hay algunas que incluso se desconocen. Un factor muy importante es diagnosticarla al principio. De lo contrario, ya en una fase avanzada puede desencadenar una pérdida de visión en el paciente.
De entre las causas de la uveítis están las dolencias autoinmunes. Estas pueden ser:
- Espondilitis anquilosante, es decir, la hinchazón de los huesos y las articulaciones de la base de la columna vertebral.
- Artritis reumatoide
- Psoriasis
- Sarcoidosis
- Artritis reactiva, o lo que es lo mismo, la inflamación en ojos, en los genitales y en los aparatos urinario
- Enfermedad de Behcet
Por otro lado, también cabe la posibilidad de que el problema en el ojo se origine por una dolencia inflamatoria intestinal como la colitis ulcerosa.
Si el motivo de la enfermedad es por una cuestión infecciosa, los causantes pueden ser:
- Sífilis
- Infección por VIH
- Enfermedad de Kawasaki
- Herpes zóster
- Histoplasmosis
- Tuberculosis
- Retinitis por citomegalovirus (CMV)
- Toxoplasmosis.
Cabe destacar que existen 3 tipos de uveítis diferentes. Estas se diferencian según la zona que estén afectando de la úvea.
Uveítis anterior: Esta tiene lugar cuando la hinchazón está cerca a la zona delantera de ojo. Empieza de la nada y los síntomas pueden estar presentes hasta 8 semanas.
Uveítis intermedia: En este caso, la inflamación de la úvea se da en la parte central del ojo. El paciente puede padecer los síntomas algunas semanas, aunque estos pueden incluso mantenerse en el tiempo durante años. Puede haber temporadas en las que la persona esté mejor y otras en las que empeore.
Uveítis posterior: La inflamación en esta fase ocurre en la zona trasera del ojo. Los síntomas empiezan a surgir poco a poco y pueden mantenerse en el tiempo durante años.
Síntomas
Ante el menor síntoma, acude de inmediato a un médico para que evalúe tu situación y pueda ver si padeces esta enfermedad o no. Debes tener en cuenta que esta malatía puede ocasionarte cataratas, pérdida de visión, glaucoma, desprendimiento de retina y lesión en el nervio óptico.
Las señales que pueden indicar que tienes la dolencia son:
- Visión borrosa
- Enrojecimiento del ojo, ya sea sin dolor o con
- Moscas volantes en el campo visual que aparecen de repente
- Sensibilidad a la luz, sobre todo a aquella que es brillante.
Tratamientos
Una vez diagnosticada la enfermedad tras realizar diversas pruebas, en las que se incluyen un análisis del fluido del ojo, análisis de sangre, pruebas de imagen o fotografías, el médico estipulará el tratamiento adecuado para cada caso. Este siempre irá en consonancia con la causa que haya provocado la enfermedad y con el tipo que se tenga.
Si se padece la uveítis anterior, el uso de colirios antiinflamatorios, por lo general, es suficiente.
En el caso de que se trate de una uveítis posterior que no sea infecciosa, el paciente deberá tomar cortisona, ya sea por medio de infiltraciones alrededor del ojo o por vía oral.
Cuando ya se habla de una uveítis crónicas, a la persona se le prescribirán fármacos inmunomoduladores.
Existen casos en los que el enfermo deberá someterse a una operación.
Fuente: La Vanguardia
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