Cuando se lavan las frutas y las verduras, se suele desechar algunas partes, puesto que se consideran que no son útiles. Sin embargo, se debe prestar mucha atención a aquello que se tira a la basura, puesto que algunos de estos pedazos se pueden aprovechar en la cocina y de varias formas. Sigue leyendo para aprender cómo usar las partes, presuntamente, inservibles de las verduras.
Cómo se pueden usar las partes, presuntamente, inservibles de las verduras
Los tallos, los troncos y las hojas son partes que, supuestamente, no se pueden utilizar para nada. Es por ello que al lavar las verduras y cortarlas para cocinarlas se suelen botar. Pero, una vez que sepas cómo se pueden usar las partes, presuntamente, inservibles de las verduras, además de ahorrar dinero en la compra semanal o mensual, estarás colaborando a reducir el desperdicio.
A las ventajas expuestas anteriormente, se debe añadir que estarás descubriendo nuevos sabores de estas partes que se pueden comer, las cuales también son una gran fuente de nutrientes.
Ten en cuenta que lo mismo pasa con el pescado. No tires la cabeza, ni el esqueleto o la espina.
La parte verde de las cebollas, cebollas de verdeo y los puerros
El trozo verde de los puerros es tan tierno como el blanco. En relación al sabor, es más suave. Por su parte, las hojas o tallos superiores son comestibles, a pesar de dar la sensación de que son duros. Esto también pasa con la parte verde de las cebollas de verdeo y las cebollas comunes.
Además de usar los tallos para enriquecer un cocido o una sopa, los finos de los puerros y las cebollas de verdeo se pueden ingerir crudos. Para ello, córtalos en láminas finas y retira la capa extrema.
Tronco de brócoli
En tronco del brócoli es una parte muy gruesa. Debido a esto, se aconseja pelar la capa de afuera para acabar con las zonas más duras. Luego, corta el tronco y verás que aparece una parte blanca y más tierna en ese interior.
Cabe la oportunidad de ingerirlo crudo, cortarlo en rodajas finitas o comerlo como las otras partes del vegetal.
Cáscara de patata
Agrega la cáscara de las papas a los caldos o hazlas crujiente para servirlas en un picoteo. Hornea las pieles a 200ºC, después de lavarla bien, y sin ninguna parte verde. En la bandeja coloca un poco de aceite y luego condimenta con especias el tubérculo.
Tallos y hojas de la remolacha
Dado que las hojas y los tallos son menos fibrosas que las pencas, se pueden ingerir en forma de zumos o licuados, entre otras recetas. Cierto es que su sabor es más suave.
Otra opción bien deliciosa es salteado con un poco de ajo para, posteriormente, utilizarlo como base para darle más sabor a rehogados y tortillas.
La cáscara de la cebolla
La piel de la cebolla le da un sabor y un aroma adicional a los caldos. Asimismo, le aporta un toque de color dorado extra.
Es importante que se pique bien la cáscara de la cebolla y se mezcle con el rebozado. Esta es perfecta para cocinar aros de cebolla fritos. Si lo deseas, también puedes deshidratarlas en el horno cuando está más seca.
Tallos de las espinacas
Los tallos de las espinacas se pueden aprovechar a base de bien. También los de las acelgas. Luego, las hojas de estas verduras no son la única parte que se puede comer. Es más, la parte del interior es muy nutritiva y presenta un sabor más suave.
Hojas de la zanahoria
Estas hojas son bastante sabrosas y finas. Cuando se piquen bien, da la sensación de que es una hierba fresca.
Usadas como si fuese perejil, estas hojas son fantásticas para condimentar varias recetas, entre ellas salsas, aceites, sopas, mantequillas de hierbas, caldos o jugos verdes.
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Para finalizar, puedes aprender cómo cocinar unas deliciosas y crujientes pencas de acelga.