El proceso de adopción suele ser largo y a veces complicado, tanto para los futuros padres como para los niños. En esta historia, una pareja adoptó a 3 hermanos que iban a ser separados en una adopción internacional y que ya habían sido devueltos en la adopción anterior.
Imagínese la mentalidad de los niños que son dados en adopción, van a un hogar familiar y luego son devueltos. Hace falta mucho cuidado por parte del equipo responsable y también de los futuros adoptantes para evitar traumas por abandono.
Pero, la intención de la pareja Carlos y Lucas sólo era buena, ya que cuando decidieron que querían formar una gran familia feliz y fueron tras cómo llevar a cabo el proceso para entrar en la cola de adopción.
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Esta historia de amor comenzó en 2009, cuando Carlos Henrique Ruiz, de 36 años, y Lucas Rabello Monteiro, de 31, se conocieron.
Desde entonces hablaban de su sueño de tener hijos, y sabían que la adopción sería el camino. Así que, en 2019, decidieron buscar la forma de adoptar.
“Vimos que facilitaría mucho el proceso si hacíamos una unión estable. Pensando en el bien de nuestros hijos y en el proceso, hicimos una unión estable”, dijo Lucas.
Después de tener los papeles de la unión estable, se inscribieron en el curso para padres adoptivos, como es habitual. Tardaron unos 10 meses en prepararse.
Aún así, la pareja tenía miedo de sufrir homofobia, ya que habían oído mucho que podía ocurrir a la hora de ser elegidos para adoptar a los niños. Pero se equivocaban: todo fue mejor de lo que esperaban:
“No fue nada parecido a lo que se oye. Tuvimos gente increíble a nuestro lado durante el proceso, que nos ayudó mucho, desde el médico que hizo el informe hasta el personal del Juzgado de Menores. Nos apoyaron muchísimo”, subraya.
Finalmente, cuando pudieron entrar en la cola de adopción, tuvieron que elegir la edad y el número de niños que querían adoptar. En principio, querían dos niños de hasta 8 años y de cualquier etnia.
Pero también decidieron que si venían dos niños, seguirían en la cola para recibir una niña, y viceversa. Así que, ¡todo dicho!
Un día, vieron por primera vez los nombres de los tres hermanos -Kawã, de 12 años, Edgard, de 9, y Ketlin, de 5- en un grupo de WhatsApp para solicitantes de adopción.
Incluso sin ver fotos de los niños, sintieron una conexión: “No había foto ni mucha información. Era sólo la inicial de cada nombre y la edad de cada uno. En ese momento, identificamos que eran nuestros hijos, incluso sin fotos, sin nada. Fue una conexión espiritual”, dijo Carlos.
Al final, todo sucedió en el momento justo, ya que la pareja adoptó a 3 hermanos que pronto serían separados por una adopción internacional y no tendrían la oportunidad de crecer juntos.
En 2021, la familia se reunió y hoy comparten su rutina en un perfil de Instagram con el objetivo de animar a otras parejas a adoptar también.
“Para que más personas tengan el coraje de seguir adelante en este deseo de tener su familia, de la forma que sea: ser solo un padre, una madre”, concluye Lucas.
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