Es común recurrir a las compresas cuando queremos aliviar todo tipo de dolores corporales. Estas también se usan para contener la hinchazón o el sangrado causado por un golpe.
¿Pero sabes cuándo optas por una compresa fría o una caliente? Cada una actúa de una manera en la ubicación afectada. Por eso, se deben usar para la finalidad correcta o el efecto puede ser contrario. Compruébalo:
¿Cuándo usar una compresa fría o una caliente?
Se recomienda el uso de la compresa fría en caso de lesiones, contusiones, traumatismos o esguinces que, inmediatamente después del golpe, se hincharán. También puede ayudar con la tendinitis o después de una carrera si hay dolor en la rodilla o el tobillo. El propósito de la compresa fría es reducir la temperatura del sitio afectado disminuyendo el flujo sanguíneo y el dolor.
Aplicando la compresa fría tan pronto como ocurra el accidente, en algunos minutos ocurrirá la vasodilatación de las arterias y venas más profundas, lo que inhibe la aparición de hematomas o edema y reduce el riesgo de la inflamación local.
Se recomienda mantener la compresa fría por algunos períodos de tiempo durante las primeras 48 horas que ocurrió el accidente sin usar una compresa caliente.
La compresa caliente debe utilizarse para relajar los músculos, aliviar el dolor de ebullición, calambres, rigidez en el cuello, dolor en las articulaciones y dolor de espalda. En el caso de una lesión, hematoma, trauma o esguince, es solo después de 48 horas de la compresa fría que se comienza con el uso de la compresa caliente.
El efecto de una compresa caliente es reducir el dolor, la tensión muscular, dilatar los vasos sanguíneos y ayudar a relajar, además de mejorar el movimiento en caso de que estén siendo dificultados por la hinchazón o el dolor.
Compresa caliente: ¿cómo hacerla?
Una forma de hacer una compresa caliente sin necesitar entrar en contacto con el agua mojando la región es agarrando una funda de almohada limpia y llenándola con 1 kilo de arroz crudo o frijoles (u otro grano).
Ata bien la funda de almohada y llévela al microondas por 3 a 5 minutos. Retírala y espera a que se mantenga a una temperatura soportable para no quemarte la piel. Aplícala en el sitio donde tengas dolor entre 15 a 20 minutos de 3 o 4 veces durante el día.
Compresa fría: ¿cómo hacerla?
Para hacer una compresa fría, hay que recordar que también puede causar quemaduras en la piel. Por ello, no se debe poner el hielo directamente en contacto con el lugar afectado. Si deseas una compresa que se pueda aplicar a una región curva, como una rodilla o un tobillo, puedes usar una bolsa de cocina de plástico con cubitos de hielo sueltas dentro.
Si por casualidad se unen mientras están en el congelador, es más fácil aflojarlos con golpes ligeros. Aplica en el lugar durante 15 a 20 minutos, usando una toalla fina para no dejar que el hielo entre en contacto directo con la piel. Haz esto de 3 a 4 veces durante el día.
Consejo: Hacer compresas naturales
Si alguna vez recibiste atención o solicitaste el consejo de tu madre o abuela cuando necesitabas una compresa fría o caliente, es probable que hayan usado el consejo de las compresas naturales utilizadas hace muchos años e incluso hasta hoy para que el cuerpo absorba los beneficios de las plantas.
Visita a un médico
Independientemente del tipo o motivo del dolor, la hinchazón o cualquiera que sea el síntoma, buscar atención médica es fundamental para tener el diagnóstico y el tratamiento correctos.
El uso de una compresa fría o una caliente es a penas una medida complementaria y no debe reemplazar la consulta con un especialista. Cada organismo es único y puede reaccionar de manera diferente a la mencionada.