Una anciana fue sorprendida en un asalto. Cuando intentó entregarle el dinero al ladrón, este se negó. Actuando de forma violenta con el propietario del local, no solo se rechazó recibir el dinero de la señora, sino que también la besó en la cabeza. Algo extraño, aterrador e inusual, de alguien que no tiene intenciones nada benévolas.
Mire el video grabado por cámaras de seguridad de la tienda robada por el ladrón y su compinche. En él, puedes ver a la anciana sin reaccionar por un tiempo, incluso ofrecerle tu dinero.
Anciana es sorprendida en un asalto
El robo tuvo lugar en un supermercado pequeño en la ciudad de Amarante, Piauí, Brasil. Es un pueblo pequeño, que está a unas dos horas de la capital, Teresina, con poco más de 17.000 habitantes. Alrededor de las 5 pm, 2 ladrones armados irrumpieron en la escena y asustaron a los presentes
Mientras uno de los bandidos seguía apuntando con su arma al tendero, el otro lo buscó para ver si también estaba armado. Después, lo hicieron arrodillarse en el suelo, siempre agresivamente y apuntándole con su arma. Entonces le dijeron que retiraran el dinero de la caja y que se lo entregase todo.
Mientras tanto, una anciana está parada junto al bandido, aterrorizada por la situación, aún sin reacción. Esta agarró el dinero que tenía para las compras y habló con el ladrón, tratando de entregarlo. Sin embargo, lo que hizo fue algo inusual y, probablemente, aterrador en ese momento. Él bajó sus manos, se acercó a ella y… le dio un beso en la cabeza.
El propietario de la tienda, Samuel Almeida, dijo que la anciana, que no quiere ser identificada, ya es una vieja cliente. Ella siempre hace las compras de la semana en el establecimiento, tomando toda la asistencia necesaria. Una triste realidad para tener que exponerse a un mundo violento mientras disfruta de la mejor edad en paz.
El ladrón y su compinche aún no han sido identificados, habiendo sido registrado un informe policial en la estación de Policía Civil de Amaranto. Se llevaron más de mil reales y productos de limpieza, no se sabe para qué. A la anciana está bien, a pesar del miedo y, seguramente, tendrá una historia intrigante que contar en los próximos años.
