Hacer el bien es estimulante, trae alegría y paz al alma. Sobre todo cuando lo haces sin que se revele tu identidad, como hizo un humilde granjero que pagó la factura de la farmacia de varias personas de su comunidad durante 10 años.
Hody Childress era el nombre del hombre que vivía en Geraldine, Alabama, en Estados Unidos. Hombre humilde y generoso, trabajaba en el campo, cuidando su granja, después de haber servido en las Fuerzas Aéreas del país en su juventud.
Un día, Hody fue a comprar a la farmacia local y allí había una persona que no quiso llevarse a casa un medicamento que necesitaba por falta de dinero. A partir de ese día, Hody decidió que eso no volvería a ocurrir en esa farmacia de su comunidad.
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En aquel episodio del que fue testigo, Hody se sintió conmovido y pasó a la acción. Le dijo a la dueña de la farmacia, Brooke: “Toma, estos 100 dólares son para la gente que no puede pagar su receta. No le digas a nadie que el dinero es mío, diles que es una bendición de Dios”.
Y eso es exactamente lo que Brooke hizo. Muchas personas, de las 900 que vivían en la pequeña comunidad, recibieron ayuda de Hody sin tener ni idea de dónde procedía la donación para cuidar de su salud. Y así continuó durante 10 años.
Durante ese tiempo, el propio Hody tuvo algunos problemas de salud que fueron empeorando. Cuando llegó el final de 2022, tenía un grave problema pulmonar que ya le causaba complicaciones y limitaciones.
Fue entonces cuando finalmente decidió revelar su secreto a una persona distinta del propietario de la farmacia que, hasta entonces, era el único que conocía la verdad.
La persona elegida para conocer el secreto de Hody fue su hija, Tania. Sabía que podría morir pronto y necesitaba transmitir su legado para que la cadena de bondad continuara.
Tania dijo que se quedó de piedra cuando se enteró del secreto de su padre: “Me quedé de piedra. No tenía ni idea de que ayudaba a la gente en la farmacia”, dijo Tania.
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Hody contó su secreto en el momento justo, ya que finalmente falleció en enero de 2023. La gente de la comunidad se reunió en su funeral, aún sin tener ni idea de lo que había hecho por todos durante la última década.
Luego, cuando llegó el momento de rendirle homenaje, su hija Tania pidió la atención de todos y, emocionada, contó el secreto que su padre guardaba con mucho cariño.
Cuando reveló a todos que era él quien hacía las donaciones para pagar las facturas de farmacia de varias personas allí presentes, todos quedaron asombrados y conmovidos.
“Hay tanta gente en Geraldine que ha vivido más gracias a Hody”, dijo la farmacéutica Heather Walker. “Hody era un verdadero servidor humilde que siempre será querido”, concluyó.
La muerte de Hody le convirtió en una persona aún más especial en la comunidad, pues su secreto había sido desvelado y todos estaban agradecidos.
Ahora se le consideraba un ángel, y su hija Tania pretende que siga siendo así. Aseguró al propietario de la farmacia que las donaciones continuarán en memoria de su querido padre.
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