Matthew Stanford Robinson nacido el 23 de septiembre de 1988 es el hijo de Ernest y Anneke, un matrimonio sólido y lleno de amor que deseaba poder darle una vida hermosa a su pequeño.
Los nueve meses del embarazo transcurrieron con total normalidad pero lamentablemente, durante el parto surgieron varias complicaciones, las cuales ocasionaron que el pequeño Matthew sufriera de falta de oxígeno durante el proceso, este hecho le provocó una discapacidad de por vida.
¡Matthew estaba paralizado del cuello para abajo y además había quedado ciego!
Ante esta noticia y un diagnóstico desalentador por parte de los médicos, Ernest y Anneke decidieron seguir adelante hasta el final, gracias a esto Matthew logró llegar a los 10 años de edad pero tristemente falleció poco después de su décimo cumpleaños, el día 21 de febrero de 1999.
A pesar de las dificultades de criar un hijo con discapacidad, esta pareja no podía sentir nada más que amor por su pequeño y con su muerte llegó una gran tristeza.
Para honrar la memoria de su hijo, Ernest construyó en secreto una tumba espectacular, la base de la lápida no tenía nada de especial pero la parte superior era simplemente majestuosa.
Una escultura de un pequeño niño parecido a Matthew montado sobre una silla de ruedas con su mirada hacia el cielo, Ernest decía que sería un símbolo de liberación de todos los sufrimientos que su hijo tuvo que atravesar en su corta vida.
Esta increíble tumba se encuentra en el cementerio de Salt Lake City y llena de orgullo a su padre, es tan increíble que cientos de miles de personas han ido al cementerio simplemente a admirar su belleza.
Esta bella pareja, después de la muerte de su hijo y aprovechando lo viral de su historia, decidieron fundar una organización benéfica que ayuda a personas cuyos hijos presentan discapacidades.
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