Existen diversos tipos de fobias que son como un miedo exagerado que algunas personas sienten sobre una situación, objeto o imagen específicos. Físicamente, la persona con fobia está enferma, puede sentir náuseas, mareos, palpitaciones, temblores y otros síntomas. El tipo de fobia que conocerá ahora es la tripofobia.
¿Qué es la tripofobia?
La tripofobia se traduce del griego como el miedo a los agujeros. No son cualquier agujeros, sino son superficies con pequeñas aberturas circulares agrupadas como panales, paquetes de popotes, semillas en el exterior de la fresa, tentáculos de un pulpo y semillas de loto.
Al ver estas pequeñas formaciones de agujeros lado a lado, muchas personas sienten una sensación muy desagradable, de repulsa, en diferentes niveles.
Esta fobia no es está reconocida por la comunidad médica, aunque hay muchos casos reportados. Está se considera parte del trastorno de ansiedad que puede desencadenarse por miedo o ansiedad intensa.
Sin embargo, para algunos investigadores, no encaja como una fobia porque no se basa en el miedo, sino en el asco.
Síntomas del trastorno
Algunas personas confunden una fobia real con incomodidad o cierta repugnancia, pero existe una gran diferencia entre sentirse incómodo al mirar un grupo de agujeros y sentir pánico hasta el punto de perder el control de tus sentidos.
Como la tripofobia no se considera una fobia real, hay casos y casos que pueden variar desde una incomodidad intensa hasta el pánico. Teniendo en cuenta este factor, los síntomas también cambian.
Escalofríos
Cuando alguien se encuentra con algo que le hace sentir muy disgustados, el escalofrío en la piel y el frío dentro del cuerpo son sensaciones naturales.
Sudores y temores
Si te sientes nervioso por una situación o imagen, puedes comenzar a sudar frío por todo el cuerpo y comenzar a temblar. En este caso, comienzas a caracterizar una fobia, porque la persona puede perder el control de lo que se siente.
Picores y hormigueos
Solo la sensación de picazón también es una respuesta común a la agonía de mirar una superficie llena de pequeños agujeros. Esta sensación puede evolucionar y la persona también puede sentir hormigueo en las extremidades.
Taquicardia, mareos y distorsión visual
Estos dos síntomas son bastante comunes para las personas en crisis de algún tipo de fobia. El corazón se acelera, se quedan sin aliento y con la temperatura corporal elevada, puedes sentir vértigos y mareos. A veces, el pico es tan alto que la persona se desmaya.
Repulsión, incomodidad y angustia
Esas son sensaciones más típicas que no caracterizan una fobia, pero que son las más comunes en casos de personas que se diagnostican a sí mismas como trifóbicas. Junto con los escalofríos, eso es lo que siente tan pronto como se ve la imagen de los agujeros de aglomeraciones.
Principales causas
Como existen muchos estudios en busca de una respuesta a lo que ahora se llama tripofobia, hay diferentes conclusiones de los especialistas. El principal fundamento estudiado a partir de la investigación con personas que se consideran trofóbicas es una respuesta cerebral a la necesidad de prevenir la enfermedad.
Esto se debe a que los agujeros que causan repulsión recuerdan mucho a las enfermedades parasitarias e infecciosas que hacen que la piel se vea igual. El asco, la repulsión y la angustia están más estrechamente relacionados con el patrón de apariencia de las especies animales venenosas como algunos sapos, los ojos abarrotados de arañas y los tentáculos del pulpo de anillos azules.
Asimismo, el efecto que algunas dolencias parasitarias dejan en la piel con varios agujeros o ampollas abarrotadas. En este caso, cuando se enfrentan a imágenes de este tipo, incluso si no están relacionadas con animales venenosos o enfermedades de la piel, el cerebro da una advertencia de peligro y las personas más vulnerables desencadenan los síntomas de forma más intensa.
¿Este transtorno tiene cura?
En general, todas las personas pueden reaccionar con asco o cierto disgusto ante las imágenes que muestran el patrón visual de los agujeros aglomerados. Por lo tanto, se considera normal cuando no hay otros síntomas que conducen a la fobia.
Para las personas que notan la pérdida del control en estas situaciones, que presentan síntomas como temblor, sudoración, mareos, visión borrosa y náuseas, estas necesitan ayuda. El médico examinará el caso, verificará el historial del paciente y determinará si realmente tiene un trastorno.
En cuanto a la cura, no se puede decir que exista por el hecho de que no se considera una fobia oficial. Por ello, no existe un tratamiento específico. Cuando se realiza algún tratamiento psicológico, hay personas que incluso se consideran curadas. En otros casos están controlados. Es bastante variable, de un caso a otro y de acuerdo con el tratamiento adoptado.
Cómo tratarla
El psiquiatra es el médico más buscado por las personas que enfrentan situaciones que se consideran trifóbicas. También se puede buscar la ayuda de un psicólogo o un terapeuta.
Cada profesional evaluará el caso, comprenderá si hay otros trastornos o enfermedades involucrados y estudiará cuál considera que es el mejor tratamiento, a menudo probando más de una técnica para saber qué funciona con el paciente.