Merill y Taco, una pitbull y un chihuahua respectivamente, se conocieron en un refugio de animales en Australia. Ambos procedían de ambientes en los que fueron gravemente maltratado, especialmente Merill. Cuando ella llegó al centro de cuidados animales, ya Taco se encontraba allí.
Las condiciones de Merill eran muy malas, pero poco a poco ella encontró consuelo y salud gracias a su amigo Taco, quien le dio la energía que necesitaba para recuperarse de todo lo sufrido.
Como es sabido, los perros en los refugios suelen disponerse a la adopción, así que muy pronto llegaría el día en que los dos amiguitos tendrían que separarse. Pero no sería tan fácil.
Una vez que Merill se había recuperado por completo, llamó la atención de una persona que la quería adoptar. en efecto, esta persona firmó los papeles del caso y el refugio agenció la adopción. Pero Merill no estaba lista para dejar a Taco.
Cuando fueron a buscar a Merill, ella no podía separarse del chihuahua, y por más que trataron de hacerlo, no hubo forma de que lo dejara. la reacción de Merill fue tan conmovedora, que su nuevo dueño no tuvo corazón para separarlos. ¿Pero quién podría con dos perros a la vez, tan distintos entre ellos, además? Sin duda, un corazón muy grande y generoso.
Pero Merill tuvo suerte. La persona que la adoptó era justamente una persona de corazón abierto, que además supo entender las necesidades de Merill. Así, más pronto que tarde, el refugio entregó a los dos perros a la misma familia.
¿Resultado? Hoy Merill y Taco siguen siendo una familia inseparable. Conozca más de esta historia de amor en el siguiente vídeo:
