Muchas enfermedades han intrigado a la comunidad académica y una de ellas es la diabetes. Los profesores e investigadores, el Dr. Andrew F. Stewart y el Dr. Arthur M. Fishberg, por primera vez en los registros médicos han cartografiado el genoma de la diabetes. Dicen que curar la enfermedad puede ser simple.
Las vías del desarrollo de la enfermedad son fundamentales para encontrar la cura. Por eso, ellos hicieron el estudio del genoma de un tumor raro que se aloja en el páncreas y secreta insulina: los insulinomas.
Entiende el estudio
Se secuenciaron 38 insulinomas, las cuales tenían 30.000 genes cada uno. Estos genes eran mutados y con mal funcionamiento.
De esta forma, se consigue establecer un modelo que muestra cómo se reproducen las células beta. Estas células son responsables de la secreción de insulina. Por ello, si se puede entender cómo se multiplica, se pueden desarrollar formas de estimular esta multiplicación y encontrar una cura para la diabetes.
Al investigar alrededor de 100.000 compuestos químicos con la ayuda de equipamientos de última generación, el equipo pudo identificar 86 posibles compuestos que ayudarían a estimular la producción de las células beta.
Entre ellos, el más favorable fue la harmina, presente en la ayahuasca. No obstante, como la planta también tiene acción psicotrópica, los investigadores están tratando de encontrar una alternativa más viable.
Páncreas artificial
Paralelamente, los investigadores están desarrollando un páncreas artificial, el cual está en fase experimental y ya se ha testado con personas, y ha mostrado resultados positivos en la calidad de vida de los pacientes.
Este funciona a través de un sistema inteligente, el cual está conectado a una aplicación en el smartphone que mide periódicamente los niveles de insulina y, según sea necesario, ya aplica la cantidad requerida. De esta forma, el paciente puede estar tranquilo con un monitoreo constante y una solución automatizada, evitando los niveles altos de azúcar en la sangre.
El equipamiento está teniendo mucho éxito, hasta el punto de que los encuestados no desean devolver los dispositivos al final del tiempo de prueba. Fue creado en 2017, pero ya tiene una nueva versión en 2019, con nuevas características y lista para su comercialización en el mercado.
Cada vez más, la humanidad está entendiendo el funcionamiento del cuerpo y las formas de resolver problemas previamente vistos como incurables. Esto requiere inversiones en ciencia y tecnología, haciendo la vida más simple y más larga.
Fuente: Scientific American