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¡Recolectaba bebés fruto de abortos! ¡Lea y sorpréndase con lo que este vietnamita hace!

Quiere usar el recuerdo de los bebés fallecidos para salvar nuevas vidas

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En el 2001, el vietnamita Tong Phuoc Phuc, visitó el hospital con su mujer, pues estaban esperando un bebé. Durante el tiempo en que Tong estuvo en el hospital (días previos al nacimiento), pudo observar que muchas mujeres embarazadas entraban en una sala de operaciones, pero cuando salían, ya no tenían a sus bebés. El futuro papá sintió curiosidad ante tal situación, entonces, cuando entendió lo que ocurría, por sus mejillas comenzaron a caer las lágrimas.

¿Qué motivó las lágrimas de Tong?

Esas mujeres acudían al hospital no para dar a luz a sus bebés, iban para hacerse abortos. El vietnamita quedó en estado de shock de solo imaginar que aquellos bebés no podían escoger seguir viviendo. Por eso, pensó en realizar algo conmovedor.

Tong, que ya había trabajado en la construcción civil, consultó a las autoridades hospitalarias si le autorizaban a llevarse a los fetos muertos, con el objetivo de enterrarlos en un cementerio. Después de su pedido, la autorización le fue concedida, y comenzó a construir un cementerio para los bebés fallecidos, en un terreno que adquirió con el poco dinero que tenía. ¡Qué acción tan emocionante y sensible la de este hombre!

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¿Qué ha estado haciendo Tong?

Tong ha enterrado recién nacidos muertos desde hace 15 años. ¿Sabe cuántos ha sepultado? ¡Más de 10.000! Sin embargo, el objetivo de Phuoc no es apenas dar dignidad a los bebés a través del entierro. Él quiere apelar a la sensibilidad y a la conciencia de las mujeres que evalúan hacerse un aborto. Tong hasta ofrece consejos y ayuda a esas mujeres. Básicamente, quiere usar el recuerdo de los bebés fallecidos para salvar nuevas vidas.

Debe estar pensando: ¿Cómo las ayuda? Pues en la práctica se transforma en padre adoptivo de los niños de las familias más pobres, hasta que sea posible que regresen con sus madres. En caso de que ellas nunca logren buscarlos, el vietnamita los cría y les da educación. Una acción maravillosa la de este hombre ¿No cree? Realmente un alma caritativa y humana.

Tong, el padre prestado

Hoy en día, Tong Phuc cuida de más de una centena de niños. Logra aprenderse el nombre de todos, llamándole a los varones Honor y a las hembras Corazón. Lo mejor de esta historia es que este hombre los trata como si fueran sus hijos biológicos. Lo que desea es seguir haciendo esto hasta el último de sus días y le gustaría que sus hijos le dieran continuidad a esta labor.

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¡Padre es quien cuida, quien cría y quien da amor! Y Tong da pleno sentido a esa frase. ¡Esta historia nos hace creer en la bondad de las personas!

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