El flujo vaginal es algo normal para todas las mujeres. Estas segregaciones pueden variar en color, consistencia e incluso olor, pero forman parte de un funcionamiento correcto del sistema reproductivo femenino.
Este flujo es producido por las glándulas vaginales para eliminar posibles causas de infecciones, lubricar la vagina durante las relaciones sexuales e equilibrar el pH vaginal.
Sin embargo, es importante conocer los cambios por los que pasa para saber reconocer cuando se convierte en un aviso o síntoma de algún problema.
Diferentes tipos de flujo vaginal
Durante el ciclo menstrual el flujo vaginal cambia en textura y apariencia. Estas alteraciones están directamente relacionadas con la fase del ciclo en cuestión, ya sea en una función de limpieza o de preparación del útero para un posible embarazo.
Preovulación
En el período desde el final de la menstruación hasta la ovulación, el flujo vaginal suele ser escaso y blanquecino. La textura puede cambiar entre cremosa y pegajosa.
Ovulación
A medida que se acerca la ovulación, las segregaciones vaginal se vuelven progresivamente más húmedas, transparentes y viscosas, aunque también más fluidas.
Tanto al toque como en apariencia recuerda la clara del huevo. Son también más frecuentes.
Post ovulación
Después de la ovulación y hasta el inicio de la ovulación, el flujo se mantiene frecuente pero con una consistencia más pastosa. Pueden ocurrir grumos por esta pastosidad.
Cambios a tener en atención
Las segregaciones vaginales son también un indicador de la salud del sistema reproductivo femenino. Cambios a su color, olor y textura pueden ser un síntoma o aviso de que algo no está bien.
Los síntomas más usuales de que hay alguna anormalidad son:
- Picazón
- Irritación
- Olor fuerte
- Malestar pélvico y durante las relaciones sexuales
- Dolor al orinar
- Segregaciones amarillentas o verdosas
- Causa de un flujo vaginal anormal
La causa más común de infecciones vaginales es la vaginosis bacteriana, en la que la flora vaginal es sustituida por gardnerella vaginalis. No es claro todavía como se procesa el contagio. Suele ir acompañada de un fuerte olor y picazón, dolor al orinar y flujo grisáceo.
En las infecciones por levaduras el cambio en el flujo vaginal es más notable antes de la menstruación. Este se vuelve blanco, con un aspecto pegajoso y grumoso. Va acompañado de picazón e incomodad vaginal, pero es frecuente también la inflamación y rojez de la vulva y dolor en las relaciones sexual.
Los cambios al flujo vaginal pueden también ser causados por enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia, herpes genital, tricomoniasis y gonorrea, por ejemplo. Los síntomas dependen de la causa, pero las alteraciones en el flujo suelen ser más evidentes.
Qué hacer si notas un cambio
Si notas algún cambio en el flujo vaginal debes consultar con un médico, de preferencia un ginecólogo. Solo un profesional podrá analizar las causas de los cambios y prescribirte el tratamiento más adecuado.
Sin embargo, hay algunas costumbres que puedes adoptar como prevención e estos problemas vaginales:
Evita lavar la vagina con productos perfumados. Prefiere hacerlo solo con agua fresca y jabón suave de pH neutro.
No uses ropa demasiado ajustada. Estas impiden que el aire circule, y entre el sudor, la humedad y la oscuridad, están creadas las condiciones perfectas para el desarrollo de hongos.
Usa ropa interior de algodón. Esta permite una mejor circulación del aire y ayuda a mantener la vuelva seca.
Intenta evitar el uso de productos perfumados como tampones, compresas o papel higiénico ya que en caso de infecciones podrán agravar más la condición e irritar la piel.
Para entender mejor los cambios del flujo vaginal, no dejes de mirar el video a continuación para ver ejemplos reales de estos y conocer sus causas en detalle.
