Annunciata Rotta Batista o, como prefiere llamarse, Anita, llegó a los 100 años y revela su fórmula. Una vida simple, trabajo, amor y fe en Dios es el camino de Anita para alcanzar este fantástico hito.
El 25 de enero de 1917, nació Anita, un apodo dado por su padre desde su infancia. A los 19 años, Anita se casó con Afrodizio Gonçalves Batista, su primer y único amor, elegido por su padre, quien le recordó que era hora de casarse. Esta unión duró 63 años y tuvo 1 hija como fruto del matrimonio. Con esta hija es con la que quien vive actualmente, junto con una de sus nietas. La hija, por otro lado, tenía 3 hijos y 3 bisnietos. Todos se unieron para celebrar el 100 cumpleaños de Anita.
Trabajo:
A los 12 años, Anita empezó a trabajar en la cosecha de café. También revela que trabajó en una alfarería, donde el número total de ladrillos producidos en un día ha llegado a 1.000. Como vivía en la haciendo de su padre, aprendió a hacer un poco de todo.
Su sueño era tener su propia casa. Para cumplir su sueño, Anita comenzó a trabajar como costurera. Mientras trabajaba como costurera, tejió a ganchillo y ayudó a su esposo a restaurar los muebles. Trabajó como pintora en la red ferroviaria. Se las arreglaron para realizar su sueño de comprar la propiedad, a pesar de que nunca tuvieron su propio coche porque era demasiado caro en ese momento para comprarlo y mantenerlo.
Rutina centenaria:
Anita no se dejó quedar para atrás. A los 100 años, se despierta todos los días a las 6:30 a.m. para asistir a misa y seguir su estricto ritual de oraciones. Durante el día, Anita ayuda a su hija a lavar los platos y a tratar de las cosas de la cocina. Asimismo, Anita también ayuda a hacer pan casero.
Aunque no come como antes, no restringe muchos alimentos. De vez en cuando come de todo, incluso cortezas de cerdo, una copa de vino y una cerveza.
Salud:
Anita no sufre ningún problema grave. A la edad de 100 años, solo tiene un problema con su ojo derecho y está tomando medicación para regular la presión arterial y el colesterol. Su propia hija se maravilla de la vitalidad de su madre y dice que Anita es más saludable que ella. Incluso a los 80 años, los médicos dijeron que iba a llegar lejos, pero nunca se esperaba que llegara a 100.
Como se puede comprobar, trabajar no mata, ni la cerveza y las cortezas de cerdo. Anita todavía trabaja en casa y está feliz con su familia. Se desea que todos los lectores tengan una vida larga y feliz con sus seres queridos.
Importante: Este consejo no pretende inducir el consumo excesivo de alimentos grasos o bebidas alcohólicas. Es solo una fuente de información y nunca debe reemplazar una cita con un médico especialista, el cual podrá controlar tu alimentación e indicarte qué es lo que más se ajusta a las necesidades de tu organismo.