Envejecer es inevitable, es una etapa más de nuestra vida, debemos estar preparados para llegar a ella, ya que no sabemos en qué condiciones lo haremos. Cuidar nuestro cuerpo, alimentar el alma, cuidar las relaciones familiares, mantener una relación cercana con Dios, hacer ejercicio y tener una alimentación saludable, son aspectos importantes que nos permitirán tener una vejez feliz, en la medida de las posibilidades.
En algunos casos llega la vejez y con ella la enfermedad, dos muy comunes son la demencia senil y el Alzheimer, enfermedades que en algunos casos pueden llegar a ser tan fuertes que los familiares del paciente requieran ayuda profesional especializada para brindarle todos los cuidados necesarios a la persona afectada.
El.Oyster Bay Senior Campus es un centro de apoyo para adultos mayores, el cual funciona como residencia y donde les brindan todos los cuidados médicos y asistenciales necesarios.
A pesar de tener todos los cuidados, vivir en un hogar para adultos mayores en ocasiones puede llegar a ser muy duro, sobretodo a nivel emocional. En Oyster Bay Senior Campus se preocupan no sólo por los cuidados físicos de sus pacientes, si no también por su salud emocional, por lo que en alianza con una institución canina amiga tuvieron una gran idea para llenar los corazones de los abuelitos de felicidad.
Cachorros y adultos mayores
Una vez a la semana el área especial para cuidado de personas con Alzheimer y demencia senil del Oyster Bay Senior Campus se llena de alegría con la llegada de tres hermosos cachorros. El lugar se cubre de una atmósfera de felicidad y las caras de tristeza no se dejan ver por varias horas.
Los abuelos se relajan y se llenan de recuerdos gracias a la terapia con cachorros. Se muestran sociables y amigables, cuando en situaciones normales no suelen hablar mucho. Su disposición cambia de inmediato.
¡Su ánimo crece de inmediato cuando los cachorros entran por la puerta!
Increíble
Para sorpresa de muchos, al recibir la visita de los cachorros volvieron algunos recuerdos. El señor Knight, quien tiene demencia dijo: “Siempre me han encantado los perros, a mi padre le gustaba mucho llevar perros a casa, pero mi madre siempre lo amenazó con irse si los perros entraban”. De igual forma, Ithan, quien crió collies en su juventud, no pudo evitar recordar cuando una de sus mascotas lo salvó de ahogarse en el agua.
Las historias son interminables y lo más importante es que en ellas reina la felicidad.
Esperamos que el programa que se lleva a cabo en esta institución sirva de inspiración para muchas otras, nuestros abuelitos merecen alegría, risas y amor.
Le invitamos a ver el siguiente video, en él se muestra como en otro hogar para adultos mayores se realiza un programa similar con cachorros, observe la cara de felicidad de los abuelitos:
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