La fibromialgia es una enfermedad que afecta a las personas de tal manera que hasta puede incapacitarlas para tener una vida normal o alcanzar complicaciones mortales. Así de grave puede ser. Forma parte del espectro de las enfermedades reumatoides. Se caracteriza por producir dolores musculoesqueléticos sin causas orgánicas aparentes, así como la hipersensibilidad, y puede afectar el comportamiento. De hecho, durante mucho tiempo se pensó que la fibromialgia se trataba de una enfermedad psicosomática.
Aunque todavía es muy poco conocida médicamente, se sabe que se relaciona con el desequilibrio neuroquímico del sistema nervioso central. Sin embargo, no se ha logrado determinar con precisión la cura definitiva, aunque sí existen tratamientos para controlarla. De cualquier manera, se sabe que hay tres factores de riesgo que favorecen el desarrollo de la fibromialgia, tales como:
- La herencia familiar.
- La presencia previa de otra enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide.
- El hecho de ser mujer. Sí, en efecto, las mujeres son más a sufrir de esta enfermedad en una proporción de 10 a 1 con respecto a los hombres.
Entre los síntomas de la enfermedad se reconocen los siguientes:
- Fatiga.
- Cambios de humor.
- Resequedad de las mucosas (boca, nariz y ojos).
- Dolores de cabeza persistentes. Una persona que sufre de fibromialgia puede experimentar dolores de cabeza con una duración de semanas y hasta meses.
- Dolores abdominales.
- Síndrome de colon irritable.
- Rigidez muscular y en las articulaciones.
- Inflamación de las articulaciones.
- Incontinencia.
- Poca o ninguna tolerancia al frío y al calor.
- Desconcentración.
- Pérdida de memoria.
Suele ser tratada con antidepresivos, analgésicos y anticonvulsivos. Como se puede ver, se trata de una enfermedad compleja, lo que explica por qué es tan difícil diagnosticarla. Si usted sufre de alguno de estos síntomas, consulte con su médico de confianza lo antes posible y descarte la presencia de esta enfermedad.