La sal es un complemento alimenticio fundamental, pues ella nos ofrece sodio, un elemento que regula los fluidos extracelulares, hidrata las células y ayuda a la relajación muscular.
La sal que consumimos a través de los alimentos es la fuente fundamental con la que contamos para adquirir el sodio necesario. Sin embargo, el exceso de sodio puede ser un problema en nuestro organismo y, por ello, conviene que pongamos cuidado a la cantidad de sal que consumimos.
Quizá usted pueda pensar que no consume mucha sal porque tiene cuidado con los alimentos que prepara con su propia mano, pero recuerde que en el mundo de hoy, muchos de los alimentos industrializados que compramos contienen importantes cantidades de sal o sodio, que se suman a nuestro organismo al ingerirlas: comidas enlatadas o congeladas, productos saborizantes, bases para salsas y cremas, frituras en bolsas o latas, etc.
El exceso de sal puede ser el responsable de diversas afecciones de la salud, como la retención de líquidos y la elevación de la presión arterial, por solo nombrar algunas. Por ello, le recomendamos que preste atención a los 4 signos que delatan la presencia excesiva de sal en el cuerpo. Si usted cumple con alguno de ellos, no dude en consultar a su médico.
Signos de exceso de sal en el organismo
Sed constante
Cuando el organismo ha recibido una dosis muy elevada de sal, envía la señal de sed al cerebro para tomar agua, pues de esa manera el organismo podría retomar el equilibrio. De allí que persista la sensación de boca seca a lo largo del día.
Micción frecuente
Si usted no toma demasiada agua, y sin embargo, orina frecuentemente, es señal de que su cuerpo tiene demasiada sal acumulada. En efecto, el exceso de sal sobrecarga el trabajo de los riñones, ya que este órgano está encargado de la desintoxicación del cuerpo. Al notar la presencia excesiva de la sal, los riñones comienzan a trabajar mucho más que de costumbre.
Frecuentes dolores de cabeza
De acuerdo con los estudios, se ha identificado una relación entre los dolores de cabeza frecuentes y la hipertensión arterial. Pero incluso en las personas que no sufren de presión arterial alta, pueden manifestarse dolores de cabeza frecuentes o persistentes como consecuencia de un alto consumo de sal.
Niebla mental
Como la sal hidrata las células y su exceso intensifica el trabajo de los riñones, es lógico concluir que el exceso de sal implica la deshidratación del organismo. En consecuencia, se afectan inmediatamente las funciones intelectuales de memoria, concentración, razonamiento y capacidad de reacción. Es decir, la deshidratación compromete el rendimiento intelectual.
Por todas estas razones, si usted sabe de antemano que su consumo de sal se pasa del límite, no espere a sentirse mal. ¡Reduzca la sal en sus comidas! Verá que aprenderá a disfrutar de los sabores propios de los alimentos con solo una pequeña cantidad de sal. Como dice el dicho, ¡de lo bueno, poco!