La vida sería más fácil si la gente simplemente dijera lo que está sintiendo. De esta manera, cuando el marido siente que ya no ama a su esposa, se lo dice, se separan y cada uno sigue con su vida. En el caso de la esposa, vale el mismo supuesto, claro está.
Ocurre que no funciona así en la práctica, sobre todo porque el amor difícilmente termina de la noche a la mañana. Son los detalles de la convivencia los que van haciendo que se pierda el encanto. Es por eso que, empiezan a aparecer señales de que un marido ya no ama a su esposa, hasta que culmina en el fin de la relación.
Entonces, estas señales que vas a leer ahora, no significan que el esposo ya no sienta amor. Pero sí, que la relación está desgastada y los sentimientos se están enfriando.
Saber prestar atención a estos signos es la clave para tener una conversación franca y promover cambios o evitar un mayor desgaste y acabar de una vez por todas la relación.
1. Siempre es tu culpa
Al inicio de la relación, cuando todo estaba bien, el marido asumía la responsabilidad de sus propios errores. Ahora, en cualquier oportunidad, por pequeña que sea, suelta “es tu culpa”, “haces todo mal”, “no aguanto más, solo haces cagas”.
Estas frases, cuando surgen en una relación desgastada, expresan el descontento del marido no solo con la situación en sí, sino con varias otras actitudes de la cónyuge en el día a día que se acumulan en su mente.
Esto puede ser una señal de que la admiración por la esposa está acabado, porque el marido ve los defectos más que las cualidades que ella tiene. Si el esposo solo dice esto y no tiene argumentos para ayudar a resolver los “errores” de su esposa, es una señal de advertencia.
2. Ausencia de elogios
Una de las principales características de una pareja enamorada es elogiarse con frecuencia, incluso cuando no se los espera, como cuando se acaba de despertar y, por supuesto, no está tan maravillosa. Pero, el marido enamorado dirá que te ves deslumbrante.
Cuando el marido ya no tiene los ojos puestos en su esposa, los elogios son escasos incluso cuando son esperados, como cuando tú cambias de look, tienes un logro profesional o preparas una comida especial deliciosa.
3. Dejar de mirar en los ojos y acercarte
Cuando sientes amor y pasión por una persona, quieres mirarla a los ojos todo el tiempo, mirando fijamente, admirando y sonriendo con los ojos. Eso sí, esto cambia cuando una pareja tiene hijos, el trabajo y la rutina, ocurre menos. ¡Mucho menos! Pero todavía existe.
Cuando la pareja que amas tiene la oportunidad, esa mirada enamorado resurge, profundamente, y no hace falta decir que aman, porque los ojos lo dicen todo. Las miradas atraen los cuerpos más cerca para agarrar la mano, abrazar, besar o apretar el trasero. ¿Ya no sucede nada de esto? Podría ser una señal.
4. No hacer nada por evitar situaciones molestas
Después de años de convivencia, el marido sabe exactamente cuáles son sus hábitos que irritan a su esposa. Cuando le importa no hacerla enfadar, evita estas costumbres, al menos casi siempre, cuando puede controlarlo.
Pero, cuando ya no hay una razón sentimental para ver a la mujer tranquila y feliz, no se produce ningún esfuerzo por evitarlo. Por mucho que la esposa pida, el marido hará esa cosa que le molesta porque le da igual.
5. Siempre sale solo
Es saludable para una pareja que cada uno tenga su día de salir solos. Pero, cuando ese día se convierte en siempre, algo no va bien. Si antes tenías el día para salir solo y el día para hacer algo juntos, y ahora ya no lo tienes, es una señal bastante clara.
Cuando no existe más amor, no hay más deseos de estar en compañía de la persona. Entonces, cuanto más distante puedas estar, mejor, aunque solo sea para reflexionar sobre lo que estás sintiendo, si realmente quieres separarte o si estás atravesando una crisis.
¿Qué hacer cuando parece que el marido ya no está enamorado?
A pesar de todas las señales, eso no significa que el esposo ya no ame a su esposa. Hay que tener en cuenta otros factores antes de pensar lo peor.
Por ejemplo, ¿tu marido tiene un problema personal y no habláis de ello? ¿Estás notando que ha cambiado, pero prefieres estar distante?
Puede ser un problema en el trabajo, la familia, el miedo a tener una enfermedad, en realidad tener una enfermedad, incluida la depresión.
A veces, la pareja no habla con franqueza de todo lo que siente y cada uno se guarda sus problemas para sí mismo. Puede parecer que el amor se acabó, pero es la falta de diálogo lo que los mantiene separados y sin romanticismo.
Ahora bien, sea cual sea el motivo, en todos los casos es fundamental llamar a tu marido para conversar. No se trata de echarle en cara lo que crees que está haciendo mal. Decid, sin rodeos, que los dos estáis sienten que la relación está mal, desgastada.
Pregúntale qué siente y dile también qué es lo que tú sientes. Si llegáis al punto de hablar sobre la separación, no hagas un escándalo. No tiene sentido querer vivir al lado de una persona que ya no tiene sentimientos románticos por ti, y eso está bien.
Si llegas a la conclusión de que la relación no es buena, pero aún os queréis, una buena alternativa es hacer terapia de pareja. Muchas parejas, especialmente los maridos, tienen un gran sesgo sobre la terapia, pero se trata de encontrar al terapeuta indicado. Puede ser una experiencia esclarecedora y de renovación para el matrimonio.