Una relación larga y sobre todo, feliz, depende de varios factores. Entre los que podemos destacar; el amor obviamente, pasión, deseo, gratitud, compañerismo, buen humor y ir con la verdad por delante siempre. Todos estos elementos son fundamentales para que una relación sea sana, pero para que sea así deben estar alineados positivamente en simultáneo.
También hay que considerar que muchas parejas pueden ser largas sin considerar los elementos mencionados en el párrafo anterior, ahí la pregunta que queda es ¿serán felices así? ¿la durabilidad de una relación tiene que ver con la felicidad de la misma?
Entonces, al considerar todos estos factores y suponiendo que ya estamos involucrados hace algunos años con nuestra pareja ¿cómo podemos saber si ha llegado el momento de cerrar el capítulo de nuestra relación? para responder a esta interrogante es importante saber que el amor no trae manual, no es tan simple como tomar una receta de una tarta y hacerla. Por eso, es urgente reflexionar sobre cómo te hace sentir tu relación antes de dejarla atrás, qué hace falta, qué podrías hacer tú por salvarla y si vale la pena hacerlo. Poniendo todas esas respuestas en una balanza estás listo para decidir.
A continuación, encontrarás algunas claves que te pueden ayudar a determinar si tu relación ya no tiene solución posible mas que el fin:
1. Falta de deseo sexual
El deseo sexual casi siempre es menospreciado cuando en realidad es una de las bases más relevantes de una relación, porque de no ser así, dígame usted qué diferencia existiría entre su relación con un amigo o con su marido.
A pesar de ello, hay personas asexuales que no ven la necesidad del sexo para que un noviazgo o un matrimonio sea completo y feliz. Una vez más vemos cómo cada situación es diferente y necesita ser vista con su propia lupa.
Luego, ¿cuál es tu relación con el sexo? ¿Estás satisfecho? Si te gusta el sexo y ya no sientes deseo sexual por la persona que está a tu lado, es un gran peso en la balanza a la hora de decidir si acabar con la relación.
También puedes hablar con tu pareja al respecto y encontrar un punto medio para renovar su relación, creando situaciones favorables para una vida sexual más activa e interesante. A veces, el deseo no se acaba, sólo está dormido.
2. Tan solo emociones fraternales
El amor fraternal es aquel que se forma después de la fase de pasión ardiente inicial de las relaciones. Este amor es extremadamente importante para que una relación sea duradera, pero puede que por sí solo no sea suficiente para algunas personas.
Si miras a tu pareja con cariño y gratitud, sin embargo, se parece más al sentimiento que tienes por un amigo o hermano, en vez de por un novio o esposo, tal vez sea el momento de repensar si esa relación tiene futuro.
3. Zona de confort
Cuando sientes que hay falta de emoción, novedad y entusiasmo en tu relación, pero te quedas con la persona por conveniencia o miedo a seguir viviendo solo, sin sexo, sin alguien con quien hablar en casa y compartir un cama con, esto no está bien.
Muchas personas viven bien en la zona de confort, puesto que ya han reflexionado y llegan a la conclusión de que prefieren que esto acabe y afrontar lo que el futuro les deparará. Pero, si te sientes infeliz, vale más la pena acumular coraje y vivir nuevas experiencias de vida, piensa que al final de cuentas, solo tienes una vida para vivirla.
4. Ausencia de sentimientos positivos
Este es el ápice y el motivo que deberías, por supuesto, llevarte a acabar tu relación. Si miras a tu pareja y ves muchos más defectos que cualidades, es hora de decir adiós.
Si no te gustan las actitudes de la persona, el beso, el olor, la pereza y varios otros detalles que te molestan en la rutina, ni siquiera tienes nada que poner en la balanza. En este caso, la zona de confort ni siquiera es lo suficientemente cómoda para permanecer en esa relación.
