Los lácteos tienen reacciones diversas ante la congelación. Mientras la mantequilla aguanta entre 3 y 6 meses, el yogur descongelado pierde su consistencia y se torna agrio. La leche, por su parte, puede cuajarse y cortarse cuando vuelve a su estado líquido. En el caso de los quesos, la situación es más complicada como se verá a continuación. Aquí se responde a la pregunta de si se puede congelar el queso y se presentan algunos consejos para conservarlos por más tiempo.
Descubre si se puede congelar el queso
Aunque hay un debate al respecto, la verdad es que algunos quesos resisten mejor la congelación que otros. La diferencia viene dada por el contenido de agua. Ésta se encuentra en medida en los quesos frescos que en los curados o semicurados. Mientras más agua contenga el queso, peor responderá a la congelación. Un queso mozzarella, por ejemplo, perderá su suero y consistencia al descongelarse. Un queso edam, por el contrario, conservará casi intacta su textura, aroma y sabor.
Entre los quesos que no deben congelarse están la ricota, el mascarpone, el fetta, el mató, el de Oaxaca y, básicamente, cualquier otro queso fresco. Variedades cremosas como el brie y el camembert conservarán su sabor pero no su textura. Por otro lado, los quesos con hongos pierden la consistencia cremosa y pueden fracturarse al ser descongelados. Es el caso del stilton y roquefot. Se puede congelar el queso de las variedades más curadas, como el gouda, el emmental, el manchego, el gouda, el mahón y el gruyere ya que pueden resistir la congelación sin alterarse demasiado.
Dicho lo anterior, se puede congelar el queso de la siguiente manera.
1. Divídelo en porciones más pequeñas y envuélvelas en papel de aluminio.
2. Toma las porciones envueltas y mételas en bolsas de congelación con cierre hermético. Antes de congelarlas, asegúrate de retirar de las bolsas tanto aire como sea posible.
Cabe destacar que los quesos más curados pueden congelarse hasta por 6 meses. Para descongelarlos, pásalos a la nevera una noche antes de ser consumidos.
En este enlace puedes aprender a preparar queso fresco en casa.
Consejos para conservar el queso:
El tiempo que un queso puede conservarse refrigerado depende, en principio, de su textura y contenido de agua. Sin embargo, otros factores también inciden en la manutención en buen estado de este lácteo. Se trata de la temperatura, el envoltorio y la cantidad de aire en contacto con el queso. Lo que sigue son algunos consejos para alargar la duración de estos productos.
Cuidar la temperatura
Los quesos de pasta dura se conservan mejor cuando la temperatura se ubica entre los 8 y 12 grados. Para los más blandos y suaves, la temperatura debe ser un poco menor, o sea, entre 4 y 8 grados. Se recomienda guardarlos en la parte inferior de la nevera dentro del espacio de las verduras ya que es el área menos fría de almacenamiento. Para que duren más, debe reducirse el tiempo en que los quesos están fuera de la nevera.
Cuidar el envoltorio
Un envoltorio apropiado evitará que el queso se agriete. Muchas variedades pueden ser envueltas en papel film, de aluminio o en envases herméticos. En el caso de los quesos con hongos la recomendación es envolverlos en un paño de algodón, previamente humedecido con agua salada. Los quesos suaves deben guardarse en envases herméticos con algunos trozos de papel absorbente. Este papel debe reemplazarse todos los días.
Reducir el aire
Para retrasar la descomposición del queso, hay que limitar la cantidad de aire que entra en contacto con él. En un espacio vacío, podrá mantenerse por más tiempo en mejor estado. Entre las alternativas domésticas para sellar al vacío éste o cualquier otro alimento, la más efectiva son las bolsas de congelación. Estas bolsas pueden comprarse junto a una pequeña bomba extractora que elimina el aire y retrasa la fermentación.
Aquí puedes aprender más sobre cómo conservar el queso en casa.
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