La vida nunca es lineal. Esto quiere decir que pasarás por momentos buenos y bajos, o sea, como si de una montaña rusa se tratase. No obstante, existen circunstancias en las que uno se queda como atrapado en algo y no puede salir de ahí. Y lo que es aún más preocupante, cada vez se va poniendo peor, hasta llegar al punto de rendirte al no saber cómo liberarse ni qué hacer para modificar su estado emocional ni lo que está aconteciendo. Si te estás sintiendo así, saber cómo salir de una situación de estancamiento o bloqueo puede ser tu chaleco salvavidas.
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4 Pasos para salir de una situación de estancamiento o bloqueo
Los momentos de bloqueo se pueden deber a una infinidad de motivos. En ocasiones puede ser por problemas familiares. Otras porque debes tomar una decisión y tienes miedo a fallar, y eso te crea ansiedad y que te paralices. Asimismo, se puede dar el caso que ocurra por vicisitudes laborales o porque tienes falta de recursos económicos y no sabes cómo salir adelante.
Independientemente del motivo, todo tiene solución. Por lo tanto, siguiendo unos prácticos consejos, podrás salir de una situación de estancamiento o bloqueo. Pero, ante todo, antes de conocer los pasos a seguir, debes dejar de angustiarte y pensar que, como se dijo antes, la vida son épocas o etapas. Todo ocurre por algo, y de cada fase puedes aprender cosas. Aunque ahora no lo veas, puede que una vez que reviertas el bloqueo, comience en tu vida una temporada de éxitos llena de buenas oportunidades para ti.
Muévete a nivel físico y mental
¡Muévete! Da igual si cometes un error. Cuando estás bloqueado es fundamental que te muevas, sin importar la dirección ni la manera en que lo hagas. Cuanto más parado estés, tanto tu cuerpo como tu mente más se anclarán a ese círculo vicioso de negatividad en el que te encuentras.
La idea de que te movilices es que cambies la visión de la forma en que ves las cosas. De lo contrario, tu espíritu se volverá turbio, tendrá resentimiento, envidia, malas ideas y estará cada vez más desesperado porque verá que los otros progresan y tú no.
Entonces, el primer paso que debes hacer es oxigenarte, poniéndote en movimiento. Para ello, sal de casa, de tu zona de confort, interacciona con el mundo, y eso te permitirá ver otras realidades.
Algunos ejemplos de cosas que puedes hacer son salir a caminar, ir al gimnasio, quedar con tus amigas, leer un libro de autoayuda, hacer cosas de jardinería, ver películas o ir asistir a un espectáculo.
Cuando movilices el cuerpo, las emociones y las ideas, ya podrás pasar al siguiente nivel.
Empieza un nuevo hábito o estructura tu día
Además de moverte, tienes que reflexionar sobre cómo salir de la situación en la que te encuentras. Un buen consejo para ello es cambiar o adquirir un nuevo hábito, dado que es señal de que lo que estás haciendo en la actualidad no funciona y puede que otra cosa diferente sí que lo haga.
Debes ser constante con esta mudanza, enfocarte en ella y tener el objetivo de seguirla para construir un futuro mejor para tu persona. Dicho con otras palabras, te debes comprometer a hacer algo y cumplirlo en el tiempo.
A priori, puede que no te lo parezca, pero si eres perseverante con esta actitud, la toma de decisiones te será mucho más fácil, lo que será mucho más sencillo para que sigas adelante con tus propósitos.
Haz frente a los pensamientos que te limitan y transfórmalos en preguntas
Si tomaste la decisión de moverte y luego centrarte en una actividad, puede darse la situación de que la parálisis haga acto de presencia cuando te pongas a pensar: “¿será que puedo lograrlo?”, ¿tengo dinero o tiempo para conseguir mis objetivos?”
En tu cabeza cuentas con tres afirmaciones que son categóricas en todo momento: “no sé para dónde ir, y eso es lo que me hacer no actuar”, “no puedo modificar las cosas, es muy complicado. Por lo tanto ni lo voy a intentar”, “preciso más tiempo o dinero. En la actualidad no puedo realizar nada”.
Cabe la posibilidad de que te pases días dándole vueltas a estas afirmaciones, sin llegar a ningún puerto, dado que estas declaraciones solo te meten en un bucle sin salida. La otra opción es convertir estas frases en preguntas. Entonces, las cosas cambian, y mucho. Por ejemplo,
- “¿Y cómo es que sí que podría? ¿Qué es lo que preciso para poder?”
- “¿Qué es lo que necesito para saber, para hallar la contestación?”
- “¿Cuál es la manera en la que podría conseguir más dinero o tiempo? ¿Qué es lo que puedo realizar o dejar de hacer?”
Si te das cuenta, en la segunda alternativa, tu mente se mueve de manera espontánea en busca de respuestas, y es ahí donde recae el gran poder de las cuestiones. En vez de estar bloqueado en un problema, las cuestiones te animan a que busques opciones y soluciones, y ponen en movimiento tus recursos mentales.
Es muy bueno que te habitúes a transformar tus afirmaciones negativas a preguntas. Así, la mente con ánimo buscará opciones nuevas, que son las que en realidad precisas.
Entiende el porqué espiritual del bloqueo
El último paso para salir de una situación de estancamiento o bloqueo es buscar el sentido espiritual del estancamiento.
Quizás no te entren ganas de realizar al principio, y eso es algo entendible. Sin embargo, a medida que te mueves, te enfocas en un hábito y superas los límites de tus pensamientos, es momento de que reflexiones sobre qué fue o es lo que te estanca de tal manera. Asimismo, debes preguntarte si eso está ocurriendo por algo.
Puede que este momento de bajón haya llegado a tu vida para hacerte cambiar, que resurjas de tus cenizas, que enfoques las cosas a mejor, te conozcas interiormente y te alinees con quién eres.
Para hallar el sentido de lo que está ocurriendo es preciso que analices qué es lo que te ha llevado a ese punto. Algunas preguntas que te servirán de ayuda son:
- ¿Qué te ha paralizado?
- ¿Has estado desconectado de lo que realmente deseas?
- ¿Has vivido sin pensar y de forma automática?
- ¿Te has dejado llevar por lo los demás querían o por ideales antiguos?
- ¿Has tenido pavor al fracaso?
Luego, debes encontrar el sentido espiritual de esta experiencia que te supone aprender cosas sobre ti misma y crecer.
En conclusión, el último paso es para que te preguntes: “¿ Por qué y para qué estoy pasando por esta situación?” Casi con total seguridad, esto haga que te sientas más tranquilo. Cuando se el ve el sentido a lo que está sucediendo, muchas veces uno se siente mejor, más llenos y es ahí cuando surge la luz que empieza a iluminar el camino.
Para finalizar, en el próximo vídeo puedes conocer otros consejos que también te servirán de ayuda para tratar el bloqueo mental por ansiedad.
