La sal es una especia ampliamente utilizada para darle sabor a la comida. Pero si crees que este condimento solo se puede usar para la comida, estás muy equivocado.
La sal se puede usar en la rutina diaria en diversas situaciones. Así que siempre tenla a mano porque nunca sabes cuando la vas a necesitar.
Si estás cocinando y la sartén se prende fuego, vierte sal para disipar el calor. Lo mismo sucede si ocurre un pequeño incendio en algún lugar de tu casa. La sal puede controlar la llama y, en algunos casos, extinguirla.
Dejar caer un huevo en el piso causará mucha suciedad. Por ello se sugiere que eches sal. Espera 10 minutos y remueve todo con un pedazo de papel.
¿Se te ha manchado la ropa de grasa? Ponla en remojo durante la noche en agua con sal gruesa y la mancha desaparecerá.
Coloca 5 cucharadas de sal y ½ litro de vinagre en la pila del baño o del fregadero de la cocina para destaparlo y desinfectarlo. Espera 15 minutos y vierte 1 litro de agua caliente.
¿La comida se quedó pegada a la sartén? Si es así, coloca sal gruesa para cubrir la superficie, añade un poco de agua y deja actuar durante 10 minutos. Lava con normalidad y la sartén quedará limpia.
La plancha también acumula suciedad. Por ello, aplica una hoja de papel vegetal sobre la tabla de planchar y cúbrela con sal. Después, pasa la plancha caliente y verás lo limpia que queda.