Esta perrita salía cada mañana a pedir comida por el vecindario. Muchos la veían y la ignoraban con desprecio, solo algunos pocos se sensibilizaban y le daban algo de comer. Lo que llamaba la atención a todo era que apenas recibía un hueso, una pieza de pollo o algún alimento, la perrita se salía corriendo muy rápidamente y se iba lejos.
Hasta que un día, este hombre le entregó un pollo y aprovechó para seguirla con su cámara.
¡Jamás se imaginó hacia dónde se dirigiría!
El hombre empezó a seguirla, ella se dio cuenta que la seguían y mostraba algo de cautela al caminar, pero igual no interrumpía su paso.
Al llegar al final del recorrido, el hombre se topó con una sorpresa. ¡La pierna de pollo era para sus cachorros!
El hombre se emocionó mucho, permitió que los cachorros lo olfatearan y fue luego a buscar más comida para todos.
A continuación presentamos el video que grabó el hombre:
El amor de madre es infinito.
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