La pobreza es una realidad en el mundo, incluso en los países más prósperos, y está sujeta a muchas variables. El caso de Theresa West es muy particular. Ella, de hecho, solía trabajar, pero una lesión cerebral la había dejado incapacitada para trabajar.
Poco a poco se fue quedando sin ahorros, hasta que en un momento determinado sus hijos llegaron a pasar tres días sin comer. Theresa estaba desesperada. Acudió a muchas instituciones de beneficencia y organizaciones como Interfaith, así como iglesias cercanas, y nadie le tendía una mano.
No encontró respuestas en la sociedad, que le dio la espalda a su situación, aunque desconocemos el por qué actuaron de esta manera tan inhumana. Lo que sí es cierto es que Theresa tuvo que enfrentar cargos por robo, de modo que llegó el día en que dos oficiales de la policía llamaron a la puerta de su tráiler (así de pobre era).
Los oficiales de turno fueron Keith Bradshaw y una compañera asignada. Al ver el estado de pobreza de aquella mujer se conmovieron mucho, pero no podían desobedecer la orden. Ella trató de explicar la situación tanto como podía, pero no había alternativa, no podía evadir la ley. Se la llevaron a la penitenciaría, donde se le impuso una fianza para poder ser liberada.
De algún modo, Theresa encontró los recursos para salir bajo fianza, pero no se imaginaba lo que le esperaba al llegar a casa.
Los oficiales de policía, absolutamente conmovidos por lo que habían presenciado, y por los hijos de esta mujer, decidieron darle una sorpresa, así que hicieron un mercado de alimentos por un valor de 140 dólares, y con eso llenaron la nevera de esta mujer.
Theresa se puso a llorar de la emoción, y prodigó montones de abrazos a estos nobles oficiales, quienes demostraron ser, ante todo y ante cualquier rol, personas solidarias y misericordiosas.
Historias como esta nos conmueven el corazón. Y este mundo necesita que gestos como estos se celebren y se multipliquen, para que podamos ver una sociedad más humana. Ayúdenos a tocar el corazón de las personas. ¡Comparta este artículo con sus amistades! Solo le tomará un segundo, y podrá dar un ejemplo del mundo hacia donde queremos dirigirnos: un mundo de hermandad.
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