Cuando un órgano de nuestro cuerpo falla gravemente, la mejor solución actualmente es el trasplante.
Pero el trasplante no es tan sencillo como decirlo. Pasa, en primer lugar, por la disponibilidad de un donante adecuado. Luego, pasa por la compatibilidad entre el donante y el paciente, e incluso, por la fragilidad del caso y la larga lista de espera, pasa también porque el paciente sea considerado un paciente adecuado.
Las cosas serían más flexibles si no fuera necesario pasar por el trasplante o por tratamientos complejos y agotadores.
Recientemente, las investigaciones han revelado un nuevo avance en la ciencia, que podría darnos respuesta al problema del trasplante del riñón, así como a las terapias de hemodiálisis: el riñón biónico.
Suena a película, a cómic, pero no lo es. Es una realidad a la vuelta de la esquina. Se trata de un prototipo de riñón biónico que pretende ayudarnos en la solución de muchos problemas de salud renales.
Su estructura está hecha de células vivas y silicio. Es decir, el riñón lleva un microchip, tales como los que se usan en las computadoras actuales y otro tipo de dispositivos, pero adaptados al organismo humano a través de la bionanotecnología.
El responsable de este proyecto de investigación es el Doctor Fissel, quien está a la espera de poder concluir todos los procesos de las patentes envueltos en la invención de este riñón biónico. Gracias a este invento, las personas sujetas a tratamientos de hemodiálisis podrán verse libres de estos procedimientos sin tener que aguardar a un donante.
En este vídeo, podrá echar un ojo a cómo será la medicina del futuro, ligada a la tecnología: