El uso de pesticidas y herbicidas es una realidad difícil de pasar por alto. Son esos productos, también conocidos como protectores agrícolas, que garantizan la producción de alimentos a gran escala.
Sin ellos, los cultivos quedan expuestos a las plagas y puede haber una crisis de alimentos. La producción sin el uso de estos productos, los agroquímicos, ocurre en pequeña escala y es más costosa.
Cuando no son usados agroquímicos e los cultivos son protegidos por insumos biológicos, los productos son llamados orgánicos.
Los productos orgánicos son muy caros y, por eso, poco accesibles. La alternativa es intentar librar a los alimentos comunes de los pesticidas y herbicidas adicionados al momento de ser plantados.
Este procedimiento es necesario porque estudios comprueban la existencia de residuos en al menos 65% de los alimentos. La apariencia fresca no es garantía de un producto saludable.
Por más brillantes que parezcan las uvas, manzanas, pimentones, espinacas, lechugas y fresas, estas llevan una gran cantidad de residuos.
No escapan de esta realidad, frutas, verduras y legumbres. Como no es posible vivir sin ellas, la limpieza es necesaria para garantizar el consumo saludable.
Una forma de garantizar la limpieza de los residuos es dejar en remojo los alimentos en una preparación compuesta por 90% agua y 10% vinagre blanco.
Basta dejar el alimento totalmente cubierto con la mezcla durante 20 minutos. Después de ese tiempo, el producto debe ser lavado con agua y consumido normalmente.
Algunas personas no toleran el olor a vinagre, pero basta usar algunas gotas de limón y dejar el alimento sumergido por algunos minutos para que el olor del vinagre salga, al final, lo pasamos por agua.
Hay frutas más frágiles, como las moras y los arándanos. Para evitar daños, el tiempo de remojo en vinagre puede ser 10 minutos.
Después de ser lavadas, el agua debe ser descartada.
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