Desde hace muchos años, el mundo occidental se ha abierto a conocer y reconocer diferentes enfoques, disciplinas y técnicas para el avance de la medicina y el beneficio de la salud. En efecto, ya todos sabemos del valor que ha ganado la acupuntura china en nuestra cultura, tan solo por citar un ejemplo.
Hemos conocido que, en efecto, las terminaciones nerviosas están diseminadas por todo nuestro cuerpo, y ellas conectan con diferentes órganos y sistemas, por lo que estimularlas ayuda a despertar procesos. Pero no todo son agujas.
La reflexología facial
La reflexología facial es una técnica moderna. Sin embargo, se tiene conocimiento de que culturas antiguas como la egipcia, la china o la precolombina ya practicaban este tipo de recursos para aliviar sus problemas de salud.
En efecto, la reflexología en general y la facial en particular, parte del principio de que las terminaciones nerviosas que tenemos (en el rostro) acusan el estado de salud de otros órganos y sistemas pues, se supone que todo nuestro organismo está intercotectado. Por ello, una adecuada estimulación puede ayudarnos a mejorar notablemente nuestro estado de salud, sin recurrir a medicamentos alopáticos.
Según Lone Sorensen, quien creó la reflexología facial hace más de 20 años, esta técnica es más efectiva que la reflexología podal, debido a que el rostro está más cercano al cerebro, de modo que los estímulos viajan más rápido.
Diversas fuentes indican que suele usarse en problemas tales como la parálisis facial, la columna y la postura corporal, la epilepsia, problemas cerebrales, desequilibrios hormonales, neuralgias e, incluso, problemas de lenguaje.
Si quiere aprender los principios de aplicación de la reflexología facial, vea el siguiente vídeo, y no olvide compartirlo con quien necesita: