Los abuelos que tienen la oportunidad de ver crecer a sus nietos juegan un papel fundamental en su desarrollo afectivo. Se parecen a los padres, pero van más allá. Ellos logran establecer conexiones de complicidad con los niños, las cuales brindan un soporte emocional muy importante, de manera que su partida puede ser un punto crítico en la vida de un niño.
Aunque algunos tienen la oportunidad de llegar a la vida adulta en compañía de sus abuelos, no pasa lo mismo con muchos, que deben enfrentar su muerte en la tierna infancia. ¿Cómo abordar ese momento? No es sencillo, pero tampoco debe ser una tarea a la que deba dársele la espalda.
En la cultura actual el tema de la muerte suele ser un tabú, pero es necesario comprender que la muerte forma parte esencial de la vida y que no podemos esconder a los niños sus consecuencias, aunque sí podemos facilitarles la comprensión del proceso explicándoles con un lenguaje apropiado para su edad.
Cómo explicar la muerte de los abuelos a los niños
Los investigadores de la actualidad suelen estar de acuerdo en que los niños deben conocer la verdad, aun cuando esa verdad pueda y deba ser explicada de una manera adecuada a su edad.
Algunas soluciones que han encontrado los padres para explicar la muerte de los abuelos no son las más afortunadas. Por ejemplo, decirle apenas al niño que el abuelo se ha ido, le genera la expectativa de que volverá y, en consecuencia, le genera sensación de abandono o frustración cuando esto no ocurre.
Metáforas como “tu abuelo está viajando en una estrella” tampoco es comprensible para ellos y no les permite cerrar los procesos. Cuando se aborda el tema desde un punto de vista religioso, no basta decirle que el abuelo ha partido a la presencia de Dios. Es necesario hacerle saber al niño que su abuelo no ha de volver a este plano.
La presencia eterna de los abuelos
La comprensión de la partida de los abuelos puede ser facilitada por los padres, si se entiende además que la partida no implica ni el olvido ni la ausencia real. La ausencia es física, pero la influencia y presencia de los abuelos sigue viva en la experiencia de la familia.
Para empezar, los abuelos viven en el fondo del corazón de quienes los han amado. Cada historia que nos contaron llega a nuestra mente y mantiene vivo el vínculo de amor.
Seguidamente, es fundamental comprender que los abuelos permanecen activos en el lenguaje de la casa, en el legado verbal que han dejado a los herederos de su amor. Su memoria se mantiene activa en los usos y costumbres que han legado al hogar. Además, sus consejos se mantienen en nosotros, esas palabras de vida y aliento que nos profirieron alguna vez y que no queremos desechar.
Consejos finales
Su presencia física puede ser recordada a través de las fotografías e imágenes que conservamos de ellos. Pero por sobre todas las cosas, los abuelos siguen vivos en las emociones que imprimimos en nuestro corazón, ya que se asocian con momentos muy especiales en los que aprendemos valores, lecciones y experiencias.
La lentitud de su paso, las energías de su cuerpo, pero también sus abrazos y cariños que nos llenaron de confianza y consuelo tantas veces.
Para profundizar más sobre la importancia de nuestros abuelos en la vida, le invitamos a ver el siguiente vídeo: