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¿Qué es la abasia y cómo se podría tratar?

La abasia es un trastorno en el cual la persona afectada no posee la coordinación necesaria para lograr caminar. . Por consiguiente, le resulta mucho más difícil o prácticamente imposible mantenerse parado o dar pasos.

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Cabe destacar que esta incoordinación muscular aparece sin que la persona manifieste problemas de movilidad o sensibilidad en sus piernas. Es por ello que el individuo puede hacer toda clase de movimientos al estar recostado o sentado.

Abasia: ¿Cuáles son sus causas?

Este trastorno puede presentarse a causa de distintos problemas físicos:

● Una lesión en el cuerpo calloso, en el lóbulo frontal o en el tallo cerebral.
● Trastornos de la marcha de nivel superior en personas de edad avanzada.
● Enfermedades neurológicas.

En algunas ocasiones, a causa del miedo a caminar que se presenta luego de una caída, los ancianos pueden llegar a padecer abasia.

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¿Cómo se trata la abasia?

El mejor tratamiento para la abasia consiste en la rehabilitación de la marcha, que puede acompañarse de técnicas cognitivo-conductuales. De esta manera se buscará optimizar los reflejos posturales, y se tratará de ayudar al paciente para que pueda volver a confiar en sus habilidades locomotrices.

En caso de que la persona tenga miedo a caerse, la psicoterapia se enfocará en reducir la ansiedad anticipatoria. Por otra parte, cuando la causa de la abasia esté relacionada con trastornos cerebrales, es fundamental comenzar a tratar la raíz del problema.De forma adicional, es esencial tener en cuenta que sin importar la causa de la abasia, cada una de las personas afectadas por esta condición pueden resultar beneficiadas a través de la rehabilitación de la marcha.

Cuidados preventivos en el hogar

Cuando una persona presenta abasia, prevenir las caídas en el hogar resulta fundamental. Si estamos hablando de ancianos, es clave tomar las mayores medidas de precaución posibles. En estos pacientes, una caída puede llegar a significar una considerable pérdida de la autosuficiencia y de la calidad de vida.

En otras palabras, para prevenir futuros problemas, el uso de apoyos externos resulta vital. A la vez, será necesario quitar todos los objetos que no sean esenciales dentro del hogar, y que en ciertas ocasiones podrían ser causantes de un tropiezo. Un claro ejemplo son las alfombras.
Por otro lado, es indispensable que la casa se encuentre bien iluminada para que así la persona pueda ver bien cada uno de los posibles obstáculos. Al mismo tiempo, para que el paciente cuente con más movilidad y tenga menos riesgo de caerse, deberá hacer ejercicios que estén adaptados a sus capacidades.

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