Todavía hay mucho por estudiar para descubrir la verdadera causa de la fibromialgia, un síndrome que afecta a cerca del 15% de los pacientes que buscan atención reumatológica para tratar el dolor. Cada vez más médicos intentan comprender esta afección que presenta síntomas expresivos, pero que no aclara sus causas. Una de las cosas que se sabe, dado que todos los pacientes tienen en común, es acerca de cuáles son los puntos de fibromialgia que causan más dolor y que hacen que el dolor se irradie al resto del cuerpo. Mira cuáles son esos puntos y qué remedios pueden tratarla.
Puntos de dolor de la fibromialgia
El dolor intenso y profundo, como si fuera en los huesos y “en la carne”, es el síntoma principal de la fibromialgia que acaba generando varios otros síntomas, como dolores de cabeza, insomnio, problemas intestinales, dificultad para concentrarse y memorizar, depresión, sensibilidad al tacto y fatiga constante.
Difícilmente, el paciente llega al consultorio del médico sabiendo cómo saber cuándo comenzó el dolor y cuáles son los puntos exactos de este, ya que se extiende por todo el cuerpo. Pero después de muchos casos evaluados, los médicos pudieron identificar puntos específicos en el cuerpo que son focos del dolor.
Estos puntos son áreas sensibles a la presión y están bien identificados en los músculos, tendones y tejido adiposo, distribuidos simétricamente:
- En la parte de delante y de atrás del cuello
- En la parte de atrás de los hombros
- En la parte superior del pecho
- En los codos
- En la parte superior de las nalgas
- En la cadera
- En las rodillas
¿La fibromialgia mata?
El síndrome de fibromialgia en sí no mata ni causa deformidades en el cuerpo. No obstante, si no se trata, conduce a otros síntomas y complicaciones que pueden comprometer el estilo de vida y la salud de la persona, como:
- Presión alta;
- Colesterol alto;
- Obesidad;
- Arritmia cardíaca;
- Depresión;
- Infarto.
¿Cuáles son los remedios para el dolor de fibromialgia?
Para prescribir medicamentos que ayuden a controlar el dolor, el médico debe llegar al diagnóstico. Este primero hablará con el paciente para conocer su estilo de vida, antecedentes de salud y preguntarle sobre el dolor que siente.
Para descartar otras posibles enfermedades, puedes solicitar análisis de sangre e imágenes. Si no hay cambios en estas pruebas, es posible que se trate de fibromialgia.
Otra consideración es que la persona ha experimentado dolores durante más de tres meses consecutivos, incluso si no lo siente en absoluto en los puntos de dolor de fibromialgia mencionados anteriormente. Después de llegar al diagnóstico, los posibles remedios se determinan de acuerdo con cada caso, ya que cada paciente tiene síntomas y características específicas:
Remedios para aliviar los dolores
Los analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares ayudan a aliviar el dolor, permitiendo que el paciente pueda realizar sus tareas diarias y dormir mejor para tener un sueño reparador y despertarse menos cansado.
Remedios para otros síntomas
Los antidepresivos y anticonvulsivos también se pueden recomendar si el paciente tiene síntomas de esta gravedad, ya sea por fibromialgia o por haber comenzado antes del dolor.
Remedios naturales
Los remedios naturales para la fibromialgia son tés de hierbas calmantes, relajantes y sedantes que actúan de manera menos agresiva que los medicamentos sintéticas. Es importante que, aun así, el médico los recomiende para que el paciente sepa cómo tomar las dosis adecuadas para sentir los efectos.
Además de los tés, es esencial mantener una dieta saludable y equilibrada para que el paciente absorba diariamente todos los nutrientes necesarios para mantener la salud y evitar complicaciones. Comer muy poco o demasiado es malo, ya que tanto la debilidad como la obesidad aumentan los síntomas del síndrome.
Terapias complementarias
Las técnicas de masajes relajantes, yoga, pilates y fisioterapia se pueden aplicar directamente a los puntos de dolor de la fibromialgia y también en otras áreas del cuerpo para donde se irradia el dolor, aliviando los síntomas a tiempo y a largo plazo, cuando se continúa el tratamiento por el tiempo determinado por el médico. Muchas veces, el paciente debe probar todas las terapias para descubrir cuál funciona mejor para ellos y mantenerlo como parte de su rutina durante un período indefinido o hasta que noten una mejora definitiva.