Es común ver casos de estudiantes agresivos e irrespetuosos con profesores en los colegios públicos. Cuando se investigan estos casos, se descubren familias problemáticas que atraviesan una situación de gran pobreza y dificultades de relación.
Esto ocurre en Brasil y en mucho otros países. En 2013, la profesora Chelsea Haley comenzó a trabajar en una ONG que tenía como objetivo brindar más igualdad y calidad en la educación de las escuelas de bajos ingresos.
Dentro de la ONG, Chelsea fue enviada a enseñar en la ciudad de Baton Rouge, capital del estado estadounidense de Luisiana. En el colegio donde comenzó a enseñar, la maestra conoció al estudiante Jerome Robinson, quien, debido a su comportamiento explosivo, siempre fue un problema para todos los profesores.
Chelsea no tardó mucho tiempo en verse profundamente afectada por la agresividad verbal de Jerome, e incluso pensó que estaba en la profesión equivocada.
Pero como su objetivo principal era ayudar, ella estaba decidida a saber más sobre lo que podría estar impulsando el comportamiento del niño. La maestra descubrió que él y su hermano menor, Jace, pasaban más tiempo con sus abuelos, ya que sus padres eran muy pobres y experimentaban dificultades aún más críticas debido a la muerte de sus parientes.
La empatía fue la clave de la transformación
La falta de atención y las dificultades experimentadas a diario significaron que Jerome, que entonces tenía 12 años, tenía serios problemas de para relacionarse con los demás. Pero Chelsea podía ver esperanza en los ojos del niño. Por eso, comenzó a alentarlo, a esforzarse más y ensalzar sus cualidades.
Jerome empezó a comportarse de manera diferente con ella y pronto logró mejorar su comportamiento también con los otros profesores, quienes incluso fueron a la casa de la profesora para agradecerle el excelente trabajo que estaba haciendo con ese niño.
El vínculo entre Chelsea y Jerome se fortaleció con mucho respeto y cariño, pero la maestra terminaría su trabajo en la institución en poco tiempo y tendría que dejar de convivir con el niño.
Durante este período, todos la alentaron a que se mantuviera cerca para cuidar al niño, e incluso ella llegó soñó que lo había adoptado. La gran sorpresa llegó cuando, en un día clase, Jerome interrumpió un examen para preguntarle a Chelsea si podía vivir con ella.
Eso fue suficiente para que la maestra entendiera que estaba destinada a ser la madre del niño, a pesar de que fuese el inicio de su carrera y a penas tuviese 24 años.
Se estaba formando una nueva familia
Al día siguiente de la solicitud de Jerome, Chelsea se reunió con él, su hermano y la madre de estos, la cual le pidió a la profesora que se los llevara a vivir con ella en el estado de Georgia, donde tenía la intención de mudarse.
Así fue como Chelsea recibió la custodia de los niños y hoy viven juntos y están muy felices en la ciudad de Marietta. La nueva madre de Jerome y Jace está cada vez más orgullosa de los niños, que son muy cariñosos con ella.
Jerome ha transformado por completo su comportamiento y ahora es uno de los mejores estudiantes de la clase, mientras que el pequeño Jace la admira y nunca se cansa de mostrarle su amor.
Este es un buen ejemplo de que no se nace destinado al fracaso, sino al amor y la felicidad. Todo depende del apoyo y el afecto que se reciba de las personas que rodean a uno.
CONSEJO PARA LIDIAR CON EL COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS
Incluso las familias que no viven dificultades financieras pueden tener problemas para lidiar con el comportamiento de sus hijos.
Para eso, hay actitudes y palabras correctas capaces de hacer que el niño se sienta valorado y amado. Mira estos consejos sobre cómo corregir la conducta agresiva de los niños en el siguiente vídeo.
