La hipertensión es una de las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población. Según el Ministerio de Salud de Brasil, hay más de 30 millones de personas hipertensas registradas en el país y, de ellas, solo el 10% realiza el control adecuado para mantener su salud al día. Lo opuesto a la hipertensión es la hipotensión, es decir, presión arterial baja, que tampoco es saludable. Pero entonces, ¿qué quiere decir la presión arterial normal? ¿Por qué es tan importante mantener la presión equilibrada? Conócelo, a continuación, y comienza a prestar más atención a tus hábitos de vida.
¿Qué es la presión arterial?
La presión arterial es la tensión que ejerce la sangre en las paredes de las arterias en cuanto pasa a través de ellas para llegar a todas las partes del cuerpo, y luego regresar al corazón para comenzar el ciclo de nuevo.
Los vasos sanguíneos tienen la capacidad de autorregularse de acuerdo con la presión arterial. Cuando el corazón se contrae y libera sangre, los vasos sanguíneos se dilatan porque vendrá más sangre. En el camino de regreso, la sangre sube con menos presión, más lentamente, por lo que los vasos se comprimen para mantener el equilibrio. Cuando este proceso ocurre de manera equilibrada, sin causar estrés a las arterias o causar una sobrecarga al corazón, se llama presión arterial normal.
Valores de la presión arterial normal
La presión se mide en milímetros de mercurio (mmHg) mediante un aparato que puede ser manual o digital. Este dispositivo tiene una abrazadera que se coloca en el brazo y luego se infla para que ejerza presión.
El aparato mide dos medidas: la sistólica y la diastólica. La sistólica es la presión superior, que mide el flujo sanguíneo exactamente en el momento en que el corazón hace la sístole, o sea, cuando se contrae y envía la sangre a las arterias. Esta es la presión que alcanza, en promedio, 120 mmHg por minuto.
La diastólica es la presión que refleja el flujo sanguíneo entre los latidos del corazón, cuando el órgano se relaja y se llena de sangre. Este flujo es más lento, ocurre a una medida de 80 mmHg por minuto.
Estos valores se consideran el patrón medio de normalidad para adolescentes, adultos y ancianos con salud normal, lo que las personas llaman presión de 12/8, que en realidad es 120/80.
Riesgos de la hipertensión
En las personas que sufren de presión arterial alta, los vasos no tienen la capacidad suficiente para autorregularse, haciendo que haya una dificultad en que la sangre y el oxígeno lleguen a todas las partes del cuerpo. Además, la presión arterial alta también tiene que ver con la cantidad de sal en el cuerpo, la capacidad de los riñones para manejar el volumen de agua en el cuerpo y la producción hormonal que actúa en los vasos sanguíneos.
La presión arterial alta es más peligrosa porque, a medida que la sangre se tensa para tratar de atravesar las paredes que no se dilatan, empieza a causar pequeñas grietas en ellas que estimulan la ruptura de las vasos vasculares y la formación de placas de calcio en las arterias. Estas placas son el comienzo de lo que puede convertirse en una trombosis.
Además de eso, el corazón de la persona hipertensa también necesita trabajar más duro. Con el paso del tiempo, se va cansando, se dilata y es cuando ocurre la insuficiencia cardíaca. Otros riesgos también son:
- Hemorragias nasales;
- Accidente vascular cerebral;
- Daño en los riñones;
- Pérdida de visión;
- Pérdida de memoria;
- Ataque cardíaco;
- Aterosclerosis.
¿Cómo bajar la presión arterial?
Los niveles de presión se mantienen a través de un estilo de vida saludable, manteniendo una alimentación equilibrada y practicando ejercicio diariamente.
En muchos casos, es necesario mantener la presión equilibrada con la ayuda de medicamentos. Pero aun así, los demás cuidados son esenciales. Para mantener la presión arterial normal, es necesario un conjunto de factores complementarios. Por ello, no puedes descuidarlos. Otros buenos hábitos que se deben practicar son:
- Restringir el consumo de sal;
- Comer muchas verduras;
- Evitar las bebidas alcohólicas;
- No fumar;
- Evitar situaciones estresantes constantes;
- Mantener el peso apropiado para el tamaño de tu físico;
- Nunca descuides el tratamiento médico.
