Enfrentarse al tratamiento contra el coronavirus puede ser un tormento para muchos pacientes. Eso es porque, aunque algunas personas ni siquiera muestran síntomas, otras están en una condición grave. En consecuencia, deben ser hospitalizados y, muchas veces, inducidas al coma. Y es exactamente en tales casos en los que aparecen las mayores complicaciones, no solo físicas, sino también emocionales, pudiendo estas conducir a pensamientos de muerte.
Coronavirus y el coma
Por desgracia, muchas personas tienen que estar en coma inducido para que sea posible controlar mejor los efectos de la dolencia. Para esto, terminan teniendo que lidiar con medicamentos muy fuertes, que causan alucinaciones y confusión mental, durante algunos períodos del día. Esto sin que sean capaces de verbalizar nada en absoluto. Conoce cuáles son algunas de las consecuencias del coma inducido por el tratamiento.
Pensamientos de muerte
El médico británico Zudin Puthucheary viene advirtiendo al mundo del daño emocional causado por el tratamiento del coronavirus que, muchas veces, se pasa por alto. Este cuenta varios informes de pacientes que dicen que preferirían haber muerto antes que haber estado en coma. Para lidiar con este tipo de pensamiento, es necesario evaluar qué tipo de trastorno postraumático está involucrado, y es necesaria la ayuda profesional para esto.
Pérdida de la masa muscular
El proceso de coma también causa problemas físicos graves, de tal manera que el paciente tiene que realizar un gran esfuerzo para ingerir agua y alimentos por su cuenta. Otra consecuencia es la disminución de la masa muscular, con una tasa de pérdida de entre el 2 al 3% por día. En otras palabras, ¡un paciente de 90 kg perdería hasta 2 kg por día con este tratamiento!
Desgaste emocional
Además de eso, también existe el desgaste emocional de estar en un aislamiento total, pasando por procedimientos hospitalarios que generan mucho sufrimiento y aprensión para el paciente y las personas que lo rodean. La psicología explica esto a través del trauma situacional que consiste en daño psicológico después de una situación angustiante, como emergencias hospitalarias y, en consecuencia, el coma.
Es esencial que este tipo de tratamiento sea seguido por un acompañamiento integral y adecuado, incluyendo a un psicólogo o psiquiatra. De esta forma, también es posible lidiar con las secuelas emocionales causadas por el coma y el proceso de aislamiento, como la depresión, por ejemplo.