Siendo un fruto tropical tan consumido por todos en el mundo, el plátano no sólo es sabroso, también tiene propiedades magnificas para nuestra salud. Por ejemplo, el plátano verde ayuda con algunas enfermedades estomacales como la gastritis.
¿Por qué el plátano verde logra controlar la gastritis?
La gastritis es la irritación e inflamación de la mucosa gástrica, se manifiesta como un ardor en el estómago, sensación de acidez y pesadez. Normalmente, es el resultado de una alimentación poco equilibrada, rica en grasas saturadas y bien condimentada (especialmente picante).
Al no ser debidamente controlada, es posible que la gastritis origine úlceras gástricas y en el intestino, entre otros daños. Afortunadamente, este problema tiene una solución natural: el plátano verde. Algunos laboratorios han demostrado su poder en el tratamiento de infecciones gástricas. Esto se debe, a que contiene un ingrediente bastante poderoso que ayuda en la cicatrización de la mucosa gástrica.
Un grupo de investigadores de Reino Unido comprobó que el plátano verde contiene un bio-flavonoide, el leucocyanidin, el cual resulta muy relevante para el tratamiento de úlceras gástricas y en el combate de la erosión de los tejidos gastrointestinales.
En una publicación que apareció en “Indian Journal of Pharmacology“, dos investigadores publicaron una crónica que duró más de treinta años en la cual se descubrieron las propiedades curativas del plátano verde. Llegaron a la conclusión de que, el plátano verde hecho polvo mediante un sencillo proceso en el cual se corta el plátano en tajadas muy delgadas y se seca para luego pasarlo por un molino, se convierte en un remedio muy efectivo y potente para aliviar la úlcera péptica.
¿Cómo se debe consumir?
Moler el fruto es la mejor opción para aprovechar todas sus propiedades. El procedimiento es muy simple.
Ingredientes:
- Plátano verde: 1 unidad.
- Agua tibia: 1 taza.
Modo de preparación:
1. Retire la cáscara del plátano.
2. Corte en pedazos muy delgados.
3. Deje secar durante algunos días.
4. Pasar por un moledor hasta obtener un polvo fino.
5. Diluya en una taza de agua tibia.
6. Tome 3 veces por día 1 cucharada de la harina obtenida.
Le recordamos que esta receta no debe sustituir la consulta con un médico especializado y con experiencia en el área.