Decían los griegos “mente sana en cuerpo sano”. Según este dicho, ambas cosas deberían ir de la mano, pero no siempre es así, sobre todo en los tiempos actuales, tan cargados de actividades y demandas.
Quizá por eso cada vez hay más gente tratando de abrir un espacio en su vida para buscar un equilibrio y recuperar la unidad personal entre cuerpo y mente. Quienes lo han logrado se caracterizan por ser personas emocionalmente estables. La estabilidad que manifiestan deriva de confiar en algunas de las siguientes creencias y actitudes para la superación personal.
No todas las personas estables reúnen todas estas creencias, pero sí es cierto que algunas de ellas forman parte de su pensamiento y modo de acción. ¿Usted también las tiene? Sea que sí o que no, es hora de revisar a fondo y trabajar en su mejoramiento personal.
Toda persona merece mi respeto
Las personas emocionalmente estables no se sienten superiores a otras, sino que están convencidas de que cada persona merece su respeto, independientemente del rol que represente. De allí que constituyan relaciones afectivas sólidas con su entorno.
Soy capaz de hacer las cosas que no me provocan
Es muy agradable hacer lo que provoca, pero a veces lo necesario se impone. Una persona emocionalmente estable entiende que la vida no tiene por qué complacerle cada capricho, así que es capaz de hacer cosas que no le provocan si es necesario o importante hacerlo. ¿Y qué cosas no provocan hacer de vez en cuando? Pues a veces no provoca trabajar, o hacer alguna diligencia, pero una persona estable no demorará en hacer lo que debe hacer. Por ello, el humor no es un impedimento. Este tipo de actitud es la que ayuda a superar los miedos y a tomar riesgos.
Tengo capacidad de adaptación
La capacidad de adaptación es una cualidad importante en las personas para alcanzar el equilibrio psicoafectivo. Su importancia deriva del hecho de que la vida no está sometida a nuestro control absoluto, ya que hasta un pequeño acontecimiento puede cambiar el rumbo planificado. Las personas emocionalmente estables comprenden esto y están dispuesta a adaptarse a los cambios que le depare el futuro en caso de que sea necesario.
Soy capaz de reírme de mi mismo
Esta es una de las cosas que mejor caracterizan a una persona emocionalmente estable: no solo es capaz de reconocer sus errores, sino que puede reírse de sí mismo. Cuando una situación los expone, pueden manejar asertivamente sus emociones y convertir sus debilidades en encanto.
Amo y soy digno de ser amado
Amar y saberse digno de ser amado es fundamental para la estabilidad emocional. El que goza de esa estabilidad ha comprendido que el amor no se merece, sino que es gratuito, es decir, simplemente se da y se recibe a voluntad. El amor es por tanto la base de la vida, pues el ser humano es un ser de relaciones sociales, un ser de afectos.
Lamentablemente, en la sociedad predomina la idea de que el amor se merece a través de la obediencia y la satisfacción de las expectativas de otros, pero quien ha logrado dar un salto a la madurez sabe que se trata de cosas diferentes.
Así usted puede ver como el amor y la reciprocidad, la autoconciencia sobre las propias capacidades, la flexibilidad ante las circunstancias de la vida y la aceptación a los demás son aspectos esenciales en el proceso de lograr el equilibrio personal. ¿Está usted entre quienes piensan así?
No deje de ver el siguiente vídeo. ¡Le encantará!
