Maggie vivía en la calle y acababa de dar a luz a cuatro lindos cachorritos. Lamentablemente, a los pocos días del nacimiento, los perritos le fueron arrebatados por funcionarios de la perrera municipal, para ser dados en adopción. La gobernación del estado se encontraba aplicando un plan para eliminar los perritos de la calle y brindarles un hogar. Maggie estaba desesperada, pues como toda madre era responsable por sus cachorritos, los alimentaba y los llenaba de amor.
A las pocas semanas, Maggie también fue llevada a un refugio para animales, para igualmente darla en adopción. La colocaron en una jaula grande a la espera de que alguien quisiera llevársela a casa.
Durante la noche, algo sorprendente sucedió. Frente a la jaula de Maggie se encontraba una jaula con dos perritos bebés, los cuales lloraban desconsolados, pues habían sido separados de su madre el día anterior. Las cámaras del lugar lograron registrar lo sucedido y no se explican cómo Maggie logró abrir su jaula y acercarse hasta el otro extremo para consolar a los perritos.
Al día siguiente, los funcionarios de la perrera permitieron que Maggie se colocara junto a los cachorritos, para brindarles el amor y el cariño de madre que tanto quería ofrecerles.
Al poco tiempo Maggie fue adoptada por una buena y linda familia.
Lo anterior, es solo una demostración del poder del instinto maternal. A pesar de no ser sus hijos, Maggie se sintió en la necesidad de consolarlos, se escapó de su jaula y se acercó a ellos. Simplemente siguió su instinto y su corazón.
A continuación las imágenes del hecho:
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