Desde siempre, Italia ha sido considerado uno de los países con mayor amor hacia mascotas del mundo. Se estima que casi todos sus más de 50 habitantes tienen un amigo peludo para hacerle compañía en su hogar.
Tan grande es el interés y el amor que tienen los italianos por los animales que la inversión anual realizada para tratamientos y cuidado de mascotas es de más de 2000 millones de euros.¿Increíble verdad?
¡Siempre han sido un ejemplo en lo que a cuidado de mascotas se refiere! Pero lo ocurrido en una famosa universidad de Roma fue totalmente sorprendente e inesperado.
Anna es una excelente profesora e historiadora italiana, mantiene una posición de profesora titular en la Universidad romana de Sapienza y es apasionada por sus dos mascotas, un beagle de más de 15 años y una setter inglesa de 12 años.
Desde hace varios meses Anna ha tenido más preocupaciones de las habituales, ya que su querida setter inglesa, Cucciola, fue diagnosticada con un carcinoma y un problema muy grave en sus cuerdas vocales y laringe.
Anna ocupa sus mañanas en la universidad pero sus tardes le pertenecen a Cucciola, jamás la deja sola, la cuida, protege y le realiza todos los tratamientos que requiere. Su mayor deseo es salvarle la vida.
Para culminar el doloroso tratamiento que dará fin a las enfermedades de Cucciola, la perrita debe ser sometida a una intervención quirúrgica muy importante, para lo cual es necesario que Anna se quede con ella y la cuide durante todo el proceso de recuperación.
En vista de que Cucciola obligatoriamente requería de ella, Anna decidió solicitar un permiso remunerado en la universidad donde labora, con la intención de poder cuidarla y no perder el dinero correspondiente a esos días de trabajo, ya que realmente lo necesitaba.
Lamentablemente, cuando de forma muy sincera y honesta Anna explicó su situación en la coordinación de la universidad, el permiso remunerado le fue negado y por el contrario le aprobaron dos días libres, pero sin remuneración.
La indignación de Anna fue tal que decidió exponer su caso a los medios italianos, explicó al diario La Stampa que se molestó por una cuestión de principios, su perrita la necesitaba y era un miembro más de su familia.
Contactó a la Asociación Protectora LAV, quienes desde el primer momento la apoyaron con su caso y le brindaron todo el apoyo jurídico que necesitaba. Gracias a ellos logró que la universidad reconociera su situación como razón válida para darle un permiso laboral remunerado, con la excusa de ” motivo personal grave o familiar”.
Finalmente todo salió muy bien, Cucciola se recuperó y Anna pudo brindarle todos los cuidados que necesitaba.
Lo anterior jamás había sido visto en Italia, muy posiblemente sea un primer paso hacia el reconocimiento de las mascotas como un miembro más de la familia. ¡Esperemos que sea así!.
A continuación le invitamos a ver el siguiente video en italiano, el cual podrá conocer más de cerca a Cucciola:
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