Hacer dietas restrictivas después de los 60 años es algo que debe ser por una razón médica. La dieta sola no siempre es restrictiva. Este término se usa para hablar sobre volver a educar en términos de alimentación, lo que es bueno y necesario en todas las etapas de la vida. Pero cuando se trata de restricciones dietéticas, se debe ser consciente de los peligros de las dietas en la tercera edad.
5 Peligros de las dietas en la tercera edad
A partir de los 60 años, muchas cosas cambian en el organismo de una persona. Sus músculos, sus fluidos, órganos, tejidos, células, todo se altera. Con el paso de los años, se necesita mucho más esfuerzo para mantener la fuerza, la salud y el vigor en la vida cotidiana.
Por esta razón, existen peligros para las dietas en la tercera edad cuando se restringen ciertos alimentos. Esto se debe a que los ancianos necesitan comer todos los grupos de alimentos de manera equilibrada para nutrir su cuerpo. Cuando falta un grupo de alimentos, mira qué ocurre:
1. Pérdida muscular y ósea
Si el anciano no ingiere o reduce la cantidad recomendada de calcio, hierro, potasio y proteínas, por ejemplo, comenzará a desarrollar osteoporosis, osteoartritis y pérdida muscular.
Quedará debilitado, con menos energía y más susceptible a las caídas. Por lo tanto, en su alimentación necesita tener todos estos nutrientes que están más concentrados en la carne, los huevos, las legumbres y los lácteos.
Las personas mayores, muchas veces, se niegan a comer carne porque es pesada, difícil de masticar y tragar. En estos casos, se deben elegir alternativas más livianas como pescado, pollo hervido y carne molida.
2. Falta de vitaminas necesarias
Las vitaminas son parte de los micronutrientes que el cuerpo necesita diariamente para funcionar. Por lo tanto, hay muchos peligros para las dietas de la tercera edad cuando se restringe los grupos vitamínicos esenciales. Las personas mayores necesitan una alimentación con muchas frutas, verduras, legumbres y semillas.
3. Metabolismo lento
Naturalmente, el metabolismo de los ancianos empieza a disminuir con el paso del tiempo. Es por eso que muchos aumentan de peso, a pesar de que piensan que comen poco o normalmente. También es preciso recordar a los ancianos que comer poco no es sinónimo de comer bien. Necesitan elegir los alimentos correctos.
Para que el metabolismo continúe funcionando correctamente, es esencial que la alimentación sea rica en frutas, al menos 3 veces al día, mucha ensalada fresca cruda o verduras al vapor. También se debe incluir granos integrales en las comidas.
4. Pérdidas cognitivas
El cerebro de los ancianos se ve muy afectado por la falta de nutrientes esenciales, y este es uno de los grandes peligros de las dietas en la tercera edad. Aquí cabe destacar digno que muchas personas mayores, con la intención de adelgazar, dejan de lado los alimentos que tienen grasas buenas, pensando que engordarán.
Sin embargo, las grasas buenas, ricas en omega-3, 6 y 9 de forma equilibrada, son esenciales para todo el cuerpo, pero especialmente para el cerebro. Estas no engordan, pero sirven como una fuente alternativa de energía al reducir la cantidad de carbohidratos simples.
Por lo tanto, los ancianos no deben cortar el pescado graso, el aguacate, el coco, las castañas, las almendras, las nueces, simplemente porque contienen grasas. La falta de estos alimentos, que además de las grasas buenas contienen otros nutrientes esenciales, puede provocar la pérdida de memoria y enfermedades cerebrales degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
5. Deshidratación
El cuerpo de la persona mayor se vuelve mucho más seco con el tiempo. Pero hay ancianos que se olvidan de aumentar su consumo de agua, zumos naturales, tés fríos puros y agua de coco, por ejemplo.
Cuando dejan de lado estas bebidas saludables y solo toma café o zumos, el cuerpo elimina más líquido y no obtiene un reemplazo adecuado. Los efectos secundarios son diversos, como sequedad en todas las membranas mucosas del cuerpo, dolores de cabeza, malestar general, fatiga, indisposición y deshidratación.
Alimentos indispensables en la tercera edad
Ahora que conoces los principales peligros de las dietas para personas de la tercera edad cuando son restrictivas, debes saber que las personas mayores deben comer una combinación equilibrada de todos los grupos de alimentos. No es la restricción lo que hará que adelgaces y te sientas más dispuesto. Lo que ayudará, es comer todo en la cantidad correcta, variedad en cada comida y en los momentos adecuados. Por lo tanto, debes comer:
1. Fuentes de carbohidratos complejos
Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo. Por ello, no se deben dejar de comer pensando que engordan. Solo hay que dar preferencia a los carbohidratos complejos, que son más nutritivos y sacian por más tiempo. Estos son arroz integral, boniato, avena, centeno, ñame, yuca y las harinas integrales.
2. Fuentes de proteínas
Las proteínas también están en el grupo de los macronutrientes, junto con los carbohidratos y las grasas buenas, que son los principales alimentos indispensables en la vejez. Siendo así, los ancianos necesitan comer carnes magras, huevos, productos lácteos desnatados, frijoles, lentejas y garbanzos.
3. Fuentes de grasa buena
Como ya se mencionó, las grasas buenas también son clave para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y proteger el corazón y el cerebro. Por lo tanto, los ancianos deben incluir en su alimentación chía, linaza, atún, salmón, sardinas, aguacate, aceite de oliva y aceite de coco.
4. Fuentes de micronutrientes
Para complementar el grupo de macronutrientes, es necesario tener micronutrientes en cada comida. Estos son vitaminas, minerales y fibras. Por lo tanto, uno debe comer porciones de frutas y verduras siempre que sea posible.
La manera recomendada de hacer la división correcta de la cantidad y variedad de alimentos es yendo a un nutricionista. Especialmente, porque cada persona tiene unas necesidades específicas, y la misma dieta no es válida para todo el mundo. Esta es la mejor manera de evitar los peligros de las dietas de la tercera edad, y garantizar una salud de hierro para los ancianos.
