La depresión es una enfermedad que no solo afecta a los seres humanos. También los animales son susceptibles de sufrir depresión, especialmente cuando son animales cuyo estilo de vida se desenvuelve en función de la manada.
Esto fue lo que le pasó a George, un perro muy alegre, que vivía moviendo su colita, porque se la pasaba jugando y divirtiéndose con un gran amigo: Blake, el otro perro de la casa.
Pero un día ocurrió algo terrible. George tuvo que enfrentarse al hecho de que Blake murió, momento a partir del cual George quedó sumido en una profunda depresión.
Dejó de jugar, dejó de mover la cola, ya no tenía fuerzas ni energía. Es verdad que también es un perro ya entrado en años, pero la alegría se le fue de repente tras la muerte de Blake.
Así pasaron los días hasta que, sorpresivamente, un pato se apareció en el jardín de la casa.
Por una razón que nadie entiende, el pato adoptó a George como su compañía, y no lo deja ni a sol ni a sombra.
La familia vio como un hecho muy curioso esta situación, y acabaron por nombrar al pato “Donald”.
El pato Donald pasa todo el día con George. Desde entonces, practican muchas actividades juntos y, lo mejor, es que George ya mueve su cola y ha vuelto a levantar su ánimo.
Esta relación le ha permitido rehabilitarse de su depresión.
Si quiere ver más sobre la relación entre el pato Donald y George, no deje de ver este vídeo:
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