La obesidad es un problema que afecta al mundo entero. De hecho, muchos gobiernos están preocupados porque esta dolencia ha superado al tabaco como causa del cáncer. Además de lo mencionado, el sobrepeso incrementa las posibilidades de sufrir Alzheimer, diabetes o hipertensión entre otras dolencias. Pero gracias a una reciente revelación se ha sabido que para combatir la obesidad es bueno hibernar con animales.
Para combatir la obesidad es bueno hibernar con animales, según los expertos
Cuando se dice que la obesidad preocupa en todo el mundo es real. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2016 ya se registraron 1.900 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales 650 eran obesos.
Una educación desde la infancia sobre la importancia de la alimentación equilibrada y el realizar ejercicio físico con regularidad es fundamental para evitar que estas cifras vayan en aumento, ya que por desgracia es lo que se prevé. De hecho, es importante resaltar que por culpa del exceso de peso se calcula que fallecen casi 3 millones de personas al año.
Dada la gravedad del asunto, cada vez son más estudiosos los que investigan sobre el sobrepeso y la obesidad, así como métodos para poder combatir ambas enfermedades. En uno de estos estudios, el Christopher T. Gregg, un experto en neurociencia y bioquímica, con la ayuda de su equipo de científico descubrieron que para combatir la obesidad es bueno hibernar con animales.
El estudio
Según la investigación con la llegada de las bajas temperaturas los mamíferos tienen que acumular grasa para poder sobrevivir a esta época. Esto hacen que engorden y, en ocasiones, que se vuelvan obesos, hiperinsulinémicos y resistentes a la insulina. Dicho efecto, en las personas es muy grave para su salud.
Sin embargo, estas nocivas consecuencias que le ocurren a los humanos de engordar no se manifiestan en los animales cuando despiertan de sus largas horas de sueño. Entonces fue ahí cuando los investigadores se centraron en encontrar los “interruptores genéticos” o los pedazos del genoma de los animales que hacen que estos no aumenten de peso.
El pequeño murciélago de café, la ardilla de tierra de trece franjas, el tenrec erizo chico y el lémur ratón gris fueron los animales a los que les examinaron los genomas. Cabe destacar que todos ellos son mamíferos que hibernan.
Tras la evaluación, los científicos vieron que los animales desenvolvieron fragmentos de ADN que son paralelos aceleradores (pAR). Estos están muy próximos a los genes susceptibles a la obesidad de las personas. De igual manera, hallaron que los animales que hibernaron tenían 364 componentes que los ayudaban a equilibrar la obesidad. Dicho en otras palabras, les ayudaba a controlar el apetito, además de la resistencia a la insulina.
Según apuntan los investigadores, este hallazgo puede ser el punto de partida para otros estudios sobre la demencia, el síndrome metabólico, la obesidad y el envejecimiento. Eso por no decir que les ayudó a entender más la dolencia de la obesidad y a entender cómo es posible controlarla.
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