Aaron y Rachel se enamoraron desde que se conocieron, compartían los mismos valores, religión y forma de ver la vida. Se hicieron novios, asistieron juntos a misiones, se casaron y decidieron formar juntos una familia.
Intentaron concebir un bebé de mil maneras, pero no lo lograron. Dios les tenía preparado otro destino, serían padres adoptivos.
Ambos se propusieron ser los mejores padres y decidieron dirigirse a un centro de adopción, pero allí solicitaron explícitamente algo: solo querían adoptar niños de raza negra.
Afirmaban que lamentablemente, los niños blancos tienen más probabilidad de ser adoptados, mientras que los niños negros tienen el mismo derecho y las mismas carencias, por ello decidieron adoptar dos niños africanos.
La ahora nueva familia de 4 estaba lista para amarse y cuidarse siempre. La vida de Aaron y Rachel cambió de forma muy positiva. ¡Por fin eran padres! y se sentían completos.
La pareja no tenía pensado adoptar nuevamente, estaban muy felices así y pensaban que más felicidad ya sería un abuso, pero escucharon sobre el Centro Nacional de Donación de Embriones, el cual se encarga de poner en adopción el exceso de embriones congelados creados durante tratamientos de fertilización y decidieron adoptar uno, pero no cualquiera, adoptaron un embrión con genes de color.
Rachel fue inseminada de forma artificial y corrió con la grandiosa bendición de que el embrión implantado se dividió en tres, por lo que la pareja tendría no uno ni dos, si no ¡tres hijos!.
Luego de 9 meses, los trillizos nacieron y ambos padres están muy felices por ello. Hoy en día tienen 5 hermosos y saludables hijos, Dios es lo más importante en sus vidas, se aman y respetan a diario y realizan misiones en Honduras.
Conozca más sobre esta increíble historia en el siguiente video:
¿Le gustó este artículo? ¡Déjenos sus comentarios!