En Nepal tuvo lugar una historia verdaderamente conmovedora y desgarradora. Esta historia es protagonizada por Bechan Miya de Dharan, quien vive en el distrito Sunsari.
Hace once años hubo accidente automovilístico en el que estaba involucrado un autobús de pasajeros. El autobús quedó destrozado. En él viajaba una madre con su bebé de unos 6 meses de edad. La madre murió instantáneamente, pero el bebé quedó bajo los restos del vehículo. Fue cuando Bechan entró en acción y lo salvó.
Al preguntar por la familia del pequeño, si es que había más familiares presentes, nadie supo decirle nada. Para no dejarlo abandonado a su suerte, Bechan se llevó a la criatura y lo crió como un hijo propio, ofreciéndole todos los cuidados necesarios: casa, comida y educación.
Pero once años después del accidente, apareció el padre biológico del niño, que había estado buscándolo por años. Este hombre tenía noticias de que su hijo no había muerto en el accidente. Finalmente, dio con el paradero de Bechan y le pidió que le devolviera al pequeño, ahora de 11 años de edad. Bechan accedió de inmediato.
El padre biológico del niño ofreció pagarle todos los gastos de manutención del pequeño durante esos años, pero Bechan se negó. Después de todo, ese era su hijo adoptivo. Le dio las gracias y le dijo: “Me alegra que se hayan reunido de nuevo. Ahora tengo mi conciencia tranquila y moriré en paz. No puedo aceptar recompensa alguna, porque también es mi hijo. Cuídelo bien, y con eso me bastará.”
Este hombre demostró ser realmente generoso, valiente y misericordioso. ¿No le parece?
Esta historia es conmovedora. Nos enseña que los valores de la vida están ocultos en las pequeñas acciones de cada día, que responden al amor genuino: aquel que se decide. ¡Comparta este artículo si esta historia le ha tocado el corazón!