Cualquiera que haya sentido un dolor de oído en algún momento de su vida, sabe lo molesto que puede llegar a ser esta situación. Si bien la inflamación en el conducto auditivo u (otitis) por lo general se manifiesta en la infancia y en las personas que nadan regularmente, nadie está exento de ella.
Según datos de la Clínica Universidad de Navarra, la otitis, como cualquier otro proceso dinámico, se puede clasificar de acuerdo con la sucesión temporal del malestar. Así existe una etapa aguda con síntomas que se extienden hasta por tres semanas, subaguda que va de 3 hasta 12 semanas y una fase crónica que supera las 12 semanas.
Además, la otitis también se clasifica en (otitis media) y (otitis externa). La primera es la más común sobre todo en los niños y se origina por la inflamación del oído medio que se encuentra detrás del tímpano. La segunda, también llamada oído de nadador, es una infección del canal externo del oído, que nace alrededor del tímpano y se extiende hasta la parte externa de la cabeza; generalmente ocurre por agua que quedó atascada en el oído después de nadar.
Causas de la otitis
Con el tiempo y la recurrencia de casos, se han llevado a cabo muchos estudios para explicar las (posibles causas) de esta enfermedad. En el conducto auditivo se encuentra la trompa de Eustaquio, un pequeño canal que conecta el oído medio con la faringe. Esta zona se encarga de drenar el líquido que se produce en el oído medio, pero cuando ese líquido se estanca debido a una inflamación, puede inducir las condiciones necesarias para originar una infección.
Asimismo, también se pueden deber a bacterias como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae, y virus como los que causan los resfriados comunes. Este último suele preceder a una dolencia auditiva porque causa inflamación de los conductos nasales.
Maneras de saber si se trata de una infección de oído
En general, la sintomatología más clara para identificarlo es la siguiente:
- Dolor de oído, generalmente acompañado de malestar general o fatiga
- Cuando se trata de bebés, una señal clara es la irritabilidad o el llanto persistente, acompañado de la manipulación constante de las orejas
- Sin importar la edad, unos de los signos para identificar una infección es la fiebre
- Secreción de color amarilla o verde amarillenta con un olor fétido
- Picazón intensa en el conducto auditivo
- Sensación de calor y enrojecimiento en la zona externa de la oreja
- Hay casos en los que suele ocurrir algún episodio de vértigo
Lo que se puede hacer ante una otitis
Si se presenta alguna señal de las anteriores lo más importante es tomarlo con serenidad cuando los síntomas aún son leves y recurrir al (tratamiento) adecuado. Es recomendable tomar agua para estar bien hidratado y descansar cuando el cuerpo lo exija. También se puede aplicar compresas de agua tibia en las orejas o tomar algún analgésico de venta libre para disminuir la inflamación.
Es importante recordar que nuestro organismo es bastante sabio pues tiene la capacidad y la inteligencia para rehabilitarse por sí solo, en ocasiones. Muchos casos de infecciones suelen desaparecer por completo luego de unos días sin necesidad de fármacos.
Si por el contrario, estos signos se tornan muy desagradables, lo más sensato es asistir a un otorrino a la brevedad. El especialista hará una exploración en el oído con un instrumento llamado otoscopio, y a través de él podrá identificar:
- Enrojecimiento en el conducto auditivo
- Hinchazón de la membrana timpánica
- Secreción en el oído
- Líquido detrás del tímpano
- Perforación en el tímpano
A partir de allí, el especialista indicará el tratamiento adecuado que podría incluir antibióticos orales o en gotas para el oído y analgésicos, según el caso. Hay casos en los que es necesario hacer un drenaje porque hay un exceso de líquido o secreción lo que, en general, mejora considerablemente la molestia y trae consigo una sensación de bienestar en el paciente.
Sin embargo, en vista de que existen casos en que los antibióticos no actúan eficazmente y hasta pueden llegar a crear resistencia a los medicamentos antimicrobianos en el organismo. Por ello, actualmente se están llevando a cabo iniciativas que buscan actuar como alternativas más eficientes. Es así como la Universidad de Illinois trabaja para desarrollar un tratamiento con tecnología de plasma que está en estado preliminar, pero tiene un gran futuro por delante en materia de investigación.
Consejos para prevenir la otitis
El riesgo de tener una infección de oídos se puede disminuir cumpliendo las siguientes recomendaciones:
- Evitar en lo posible el contacto de las manos sucias dentro de los oídos. En caso de los bebés, mantener sus manos y sus juguetes limpios para reducir el riesgo de cualquier infección.
- Por ningún motivo introducir objetos en los oídos. Ni los hisopos, bastoncillos de algodón u horquillas para el pelo son recomendadas para limpiar la cera, dado que pueden dejar restos dentro o irritar el conducto auditivo. En su lugar, se debe limpiar solo la parte más superficial con la mano o acudir a un profesional sanitario.
- No exponer a los niños al humo de tabaco ya que constituye un factor de riesgo a infecciones respiratorias, que pueden conducir a padecimientos en el oído.
- La temperatura es un elemento determinante. En lugares fríos se debe estar abrigado todo lo posible y, de haber chance, colocar compresas de agua tibia para reducir la molestia y el dolor.
- Ser suficientemente precavido a la hora de ir a una piscina, playa o río. En caso nadar o sumergirse en el agua, es mejor asegurarse de que no sea en un lugar contaminado y emplear tapones para que no entre agua al conducto.
- También es útil, indagar si en la familia hay alguien que haya padecido este tipo de infecciones para saber si se es propenso a tenerlas también.
- Cuando se tiene hijos es mejor estar atentos y observar sus gestos y reacciones para identificar algún síntoma, si se da el caso.
A pesar de que enfrentarse a estas situaciones puede causar cierta consternación, se debe tener presente que son bastante comunes. Así que no hay por qué alarmarse y observar detenidamente la sintomatología para actuar de manera más acertada en el momento que aparezcan.
