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Operada sin anestesia, una mujer tiene pesadillas casi todas las noches

El paciente recibió la anestesia incorrecta, sintiendo mucho dolor durante el proceso. Conoce qué pasó con ella

Crédito de la imagen: Dicasonline

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Una mujer fue operada sin anestesia y sintió absolutamente todo lo que estaba ocurriendo. En consecuencia, sufrió estrés postraumático. Además de eso, tiene pesadillas varias veces a la semana después del caso de negligencia médica. Conoce qué sucedió y cómo está manejando la situación.

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Por qué fue operada sin anestesia

Según el Ministerio de Salud de Brasil, “la anestesia es el estado de ausencia total de dolor durante una operación, un examen de diagnóstico, un vendaje”. Sin embargo, este no fue el caso con esta paciente británica, dado que sintió cada corte durante su operación. Y no solo eso, también lo sintió cuando le pusieron el laparoscopio, y también cuando inyectaron gas en el abdomen. Intenta imaginar el dolor y la desesperación de esta mujer.

El caso ocurrió en un hospital ubicado en Yeovil, una región que queda en el sur de Inglaterra. Una mujer de a penas 30 años, cuyo nombre no fue revelado, permaneció despierta durante toda la cirugía y sintió todo lo que le ocurría a su cuerpo. En una nota, el hospital se responsabiliza y confirma el error, en este caso, negligencia médica. Este asume que usó el tipo incorrecto de anestesia, que no sedó ni al paciente ni la zona de la operación.

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Qué pasó

Primero de todo, cada cirugía debe tener un anestesista que acompañe los signos vitales de cada paciente. En su caso, parece que también hubo un fallo en este servicio, ya que trató de demostrar que estaba despierta. Ella gritó, pero la máscara de oxígeno ahogó el sonido. Su ritmo cardíaco también se aceleró, un hecho totalmente ignorado por los médicos que la atendieron.

El Ministerio dice que el trabajo del anestesista es controlar y mantener el funcionamiento del cuerpo de manera equilibrada. Para esto, siempre debe acompañar y “controlar su presión arterial, pulso, frecuencia cardíaca, respiración, temperatura corporal y otras funciones orgánicas”. Por desgracia, esto no le sucedió a la paciente, la cual fue totalmente ignorada durante el proceso.

Asimismo, hubo una elección incorrecta del tipo de anestesia que se aplicó en el procedimiento. En lugar de la anestesia general, que deja al paciente en condiciones de operar adecuadamente en esa situación particular, utilizaron la local. Por lo tanto, se centraron en paralizar solo las extremidades inferiores del paciente, lo que tampoco funcionó.

Momentos de desesperación

La mujer sintió todo el procedimiento, desde los cortes, el movimiento, el uso del equipo e incluso la inserción de gas en el abdomen. Para empeorar las cosas, trató desesperadamente de gritar durante todo el proceso, pero fue ignorada. Cansada, con su ritmo cardíaco acelerado, dejó de intentarlo y sintió la tortura llorando.

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Ciertamente, tal situación no pasaría desapercibida. A día de hoy, se encuentra haciendo un seguimiento con profesionales para tratar el estrés postraumático que acabó desarrollando. Entre muchas otras cosas, creó temor a los médicos y hospitales, además de tener pesadillas frecuentes casi todas las noches.

Un trastorno gravísimo que podría haberse evitado a penas si hubiesen mirado a la paciente. Entre ella y el equipo médico, no solo estaba la barrera física, un tejido que separaba la cara del paciente de los médicos. También había una barrera cruel, fría y más común de lo que uno puede imaginar: la falta de humanidad. Una simple mirada en la cara del paciente lo hubiese cambiado todo, pero, infelizmente, no fue así.

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