Cuando tienes hijos es imposible no preguntarse qué hacer para criarlos de manera equilibrada. Cuando los más pequeños no quieren comer, por ejemplo, los padres pueden llegar a desesperarse. Al final de cuentas, la alimentación es fundamental para el desarrollo de los niños.
Para opinar sobre estos y otros asuntos relacionados con la educación, el pediatra español Carlos González publicó el libro ‘¡Mi Niño No Come!’
En una entrevista con al periódico Folha, Carlos González, padre de tres hijos, contó que la mayoría de los padres tienen ideas equivocadas sobre cómo debería ser la alimentación de sus hijos.
“Todos los niños comen lo suficiente, excepto si están enfermos”
¡El médico afirma que nunca se debe obligar a los niños a comer! Y que la idea de que coman cantidades exageradas es, en parte, fruto de a lo que estuvieron acostumbrados a lo largo de la vida y del deseo de suplir la falta de comida que tuvieron cuando eran pequeños con sus hijos.
Es esencial dar ejemplo
Para el pediatra, los padres, a través de su ejemplo, serán determinantes en la creación de buenos hábitos alimentarios, desde temprana edad, en los pequeños.
Si tienes en casa, sobre todo alimentos saludables, y son este tipo de alimentos los que tus hijos te ven comer, rara vez te pedirán otras cosas, de la misma forma que ocurrirá al contrario.
“Hay quien no come verduras, pero quiere obligar a su hijo. Si los padres no comen verduras, para el niño esto es una señal de que las verduras no son importantes”.
Educar sobre las golosinas
Preguntado en Folha sobre qué hacer cuando los niños tienen o hacen un berrinche para comer golosinas, el médico contestó que el sentido común de los padres debe prevalecer: ni siempre, ni nunca. Hay cosas que se pueden comer todos los días y otras que no. Es preciso saber ceder, con peso y medida, y explicar a los niños la importancia de este equilibrio para que no padezcan dolor de pancha ni que los dientes se le pudran.
Crear una relación saludable con la comida
Cuando los padres obligan a sus hijos a comer, están creando una relación desagradable con la comida en la mente del pequeño. Comer se convierte en un sacrificio, un momento de disgusto. Esto puede reflejarse en los trastornos alimentarios todavía en la infancia o a lo largo de toda su vida.
Establecer los horarios de comida
Cuando el niño se pasa picando durante todo el día, este no tendrá hambre a la hora de comer. Este puede ser el problema que hace que tu hijo sea tan selectivo o rechace la comida. Entonces, establece horarios para las comidas y disminuye los “picoteos” entre esos horarios. El niño hambriento no niega la comida.
Creatividad a la hora de preparar las comidas
Para los pequeños, un plato colorido marca toda la diferencia. Utiliza tu creatividad para crear un plato divertido y atractivo que solo tenga la cantidad de comida que tu hijo conseguirá comer.
Deja que tu hijo participe de la elección y preparación del plato
A los niños les encanta participar en las tareas de la casa. En el momento de preparar la comida, escoge dos opciones y deja que tu hijo elija entre estas dos alternativas. Si es posible, déjalo participar en la preparación, permaneciendo juntos en la cocina y viendo cómo se preparan las cosas. Las ganas de probar el plato serán mayores y el placer en ese momento también.
Cambiar el formato de los alimentos
Para los niños que fruncen el ceño ante las frutas, los padres pueden convertirlas en coloridas ensaladas de frutas o sin jugos cremosos y batidos, así como en helados caseros saludables.
No le mientas sobre lo que está comiendo
Nunca le digas a tu hijo que está comiendo una cosa, si en realidad está ingiriendo otra. Es necesario que él confíe en ti para querer comer lo que cocinas. Además de ello, ¿cómo apreciará tu hijo el sabor de un alimento y aprenderá a diferenciar entre alimentos, si come una cosa pensando que es otra? Nunca funcionará.
