La vitamina D o calciferol forma parte del grupo de vitaminas y minerales necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo femenino. Tiene tantas funciones en nuestro organismo que se parece mucho a una hormona, pero simplemente se trata de una vitamina liposoluble que se encuentra en algunos alimentos grasos.
La deficiencia de vitamina D puede producirse tanto por una alimentación inadecuada como por la presencia previa de problemas de salud que dificultan su absorción por parte del organismo, como por ejemplo: problemas metabólicos, resección gástrica o intestinal, mínima o inexistente exposición a la luz solar y enfermedad celíaca.
Entre las funciones de la vitamina D podemos contar:
- Estimulación del desarrollo infantil, pues fortalece los dientes y previene el raquitismo.
- Cuando el cuerpo llega a su madurez la vitamina D interviene en la diferenciación y proliferación celular.
- Equilibra los niveles de calcio y fósforo, de lo que se deriva una buena densidad ósea.
- Estimula la producción de insulina pancreática.
- Previene la formación de células cancerígenas, especialmente en el colon, mama, próstata y páncreas.
Relación de la vitamina D con la obesidad:
Un estudio reciente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de los Alimentos, demostró que existe una relación entre la deficiencia de vitamina D con la obesidad.
El estudio se hizo sobre una población de 95 pacientes, en quienes se les hicieron análisis de sangre para estudiar las concentraciones séricas de vitamina D, en relación con la hormona paratiroidea (PTH) y el índice de masa corporal.
Aplicados los análisis, se concluyó que los pacientes con un adecuado índice de masa corporal poseen un 14% más de vitamina D que los que mostraron sobrepeso. de allí se deriva que a menores niveles de vitamina D en el organismo, mayor es la tendencia a engordar.
Cómo obtener vitamina D
Ya que gran parte de la vitamina D se encuentra en nuestra piel, ésta se puede adquirir mediante una adecuada exposición al sol. Serán suficientes de 10 a 15 minutos tres veces a la semana para lograr esta meta.
Asimismo, por medio de una alimentación que la contenga, por ejemplo:
- Queso.
- Leche.
- Setas.
- Caballa.
- Yema de huevo.
También se puede obtener a través de suplementos vitamínicos en el caso de personas que requieran un aumento en su ingesta, debido a factores de riesgo como la edad. En este caso, las personas mayores a 50 años califican.