Butte es una ciudad singular en los Estados Unidos. Se encuentra en Montana, sobre uno de los muchos valles de la Cordillera de las Rocosas. En 1880, una enorme veta de cobre fue descubierta y pronto llegaron miles de personas para explotarla. Muchos provenían de Irlanda e Italia, por lo que se constituyó una numerosa comunidad católica en Butte. La historia del lugar está íntimamente ligada a uno de sus grandes iconos: Nuestra Señora de las Rocosas.
La historia de Nuestra Señora de las Rocosas
Hacia finales de los años 70 la que una vez fue una ciudad rica se encontraba en franca decadencia. El agotamiento de las minas de cobre había reducido la actividad económica, lo que dejó a los habitantes de Butte en la pobreza y el desempleo. En este contexto, la esposa de un electricista de origen irlandés, Bob O´Bill, cayó gravemente enferma de cáncer.
Bob O´Bill también sentía los efectos de la depresión económica. Había trabajado en las instalaciones eléctricas de las minas y sus servicios ya no eran requeridos. Era, definitivamente, un pésimo momento para enfrentar la enfermedad de su esposa, Joyce. Pero las desgracias no esperan por momentos apropiados. En su desesperación, Bob se refugió en la fe e hizo una promesa.
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La promesa a la Virgen María
Si su esposa lograba curarse, Bob O´Bill levantaría una imagen de la Virgen María. La altura sería de poco más de metro y medio y estaría en el jardín de su casa. El hombre rezó e hizo su promesa, esperando con fe profunda la ayuda de Dios en esa situación difícil. Mientras tanto, su esposa seguía el tratamiento médico.
En 1979, Joyce se recuperó del cáncer pero Bob no cumplió su promesa. En vez de levantar una imagen de María de metro y medio en su casa, Bob se propuso una empresa mucho más ambiciosa. Profundamente agradecido a Dios por la gracia concedida, Bob O´Bill armó un equipo de colaboradores y juntos decidieron crear la magnífica imagen de Nuestra Señora de las Rocosas.
A pesar de que los recursos no abundaban y la situación económica era difícil, Bob y su equipo se pusieron manos a la obra. Hicieron el proyecto para construir una gigantesca estatua de acero de más de 27 metros y 60 toneladas. El plan era adecuar la cima de una montaña cercana para que alojara la imagen. Desde lo alto, la Virgen cuidaría de los atribulados habitantes de Butte.
Nuestra Señora de las Rocosas estuvo lista en 1985, luego de incontables obstáculos y sacrificios. En su construcción, participó desinteresadamente la comunidad y muchas otras entidades. Hoy es la tercera estatua más grande de Estados Unidos y una de las mayores imágenes de María en el mundo.
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