Desde la época de nuestros abuelos, los niños siempre han ido a la cama temprano. Bastaba con tomar la cena, quedarse unos minutos más en la sala y ¡listo!: ¡a cepillar los dientes, a ponerse el pijama y a dormir! No había pruebas científicas, pero la sabiduría popular ya comprendía muy bien que los niños no deben acostarse tarde. ¿Tenían razón nuestros antepasados?
Descubra los recientes hallazgos de un psiquiatra sobre el efecto de las noches cortas en la salud de los niños
La infancia es el período donde crecemos con más rapidez. No solamente en cuanto al crecimiento físico, sino en cuanto al desarrollo de nuestro aprendizaje y de nuestras habilidades. En esta etapa el cerebro se parece a una esponja que absorbe todo alrededor. ¿Se ha dado cuenta de cómo los niños son atentos, curiosos y aprenden cosas a una velocidad enorme? Eso se debe al alto poder de aprendizaje de nuestro cerebro en esta fase.
Pero ¿qué tiene que ver eso con el hecho de que los niños no deben mantenerse despiertos hasta tarde? ¡Todo! Atienda bien: durante la noche se acciona la hormona del crecimiento, que como su propio nombre lo indica, hace crecer. Por ende, mientras menos tiempo duerman los niños, menos hormona del crecimiento podrá actuar en su cuerpo.
Además de dificultar el crecimiento corporal, dormir tarde hace que el desarrollo del niño sea perjudicado en varios niveles: aprendizaje, estabilidad psicológica, inteligencia, etc. Durante la noche, el cerebro se recompone y en la infancia ocurren muchas conexiones neurológicas nuevas que promueven el desarrollo saludable de los niños.
Estudios recientes demuestran que los niños que duermen tarde se vuelven más ansiosos e irritables, tienen menor capacidad de concentración, un débil desempeño escolar y son más vulnerables a trastornos psicológicos.
El problema es que en los tiempos actuales no es fácil hacer que los niños duerman temprano. Hay tanta tecnología y entretenimiento disponible que es muy difícil mandarlos a la cama temprano. Celulares, tablets, videojuegos, TV, computadoras… todos estos aparatos son cada vez más usados por los niños sin límite alguno, lo que ha sido muy perjudicial para ellos.
Nunca permita que su hijo lleve el celular o la tablet a la cama, pues eso lo mantendrá despierto sin que usted lo sepa. La luz de estos aparatos, además, es muy perjudicial, pues envía al cerebro una señal que indica que aún no es tiempo de dormir, así que el sueño no viene. Establezca límites con su hijo y determine la cantidad de tiempo en que le está permitido usar estas tecnologías.
¿Cuánto tiempo debe dormir mi hijo?
Los médicos afirman que el número de horas que un niño debe dormir depende de su edad. Niños de hasta 18 meses deben dormir entre 8 y 12 horas nocturnas, además de tener varias siestas a lo largo del día. Después de los 18 meses, el período de 8 a 12 horas nocturnas se mantiene, pero las siestas a lo largo del día ya no son necesarias.
Lo invitamos a ver este video el siguiente vídeo. En él encontrará información útil para ayudar a sus niños a tener un buen sueño.
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