Lo hago por más de 1.500 alumnos de entre 7 y 12 años que acuden a esta escuela y necesitan que alguien se los advierta. A mí me pasó esto y el personal del colegio no hizo nada para ayudarme. Ahora es mi deber advertirle a todos y contar lo que ocurrió.
También lo hago por mí. Después de un año y medio quiero que me dejen en paz. Es increíble cómo tantos alumnos de este lugar han escuchado historias sobre mí, y que se siguen difundiéndose. Todavía me siguen llegando a Facebook mensajes de alumnos que me llaman “puta”.
Me he cambiado de colegio, me mudé de casa y todavía me buscan para acosarme. No puedo detener los rumores, pero puedo intentar contar lo que ocurrió…
Mi nombre es Cassidy Trevan y fui violada.
Si alguna vez alguien trata de violarte, ¡vale la pena luchar! ¡Lucha! Si no lo haces, te arrepentirás el resto de tu vida como lo hice yo.
Puedes hacerlo. Ten cuidado. Mantente alerta. Ponte a salvo”.
Ante lo terrible de esta experiencia, de esta pérdida humana incalificable, la madre de Cassidy escribió lo siguiente:
El acoso mató a mi hija…
He guardado silencio demasiado tiempo… Hay un grupo de crueles niños enfermos en la escuela secundaria de Wellington (chicas y chicos que eran 13 y 15 en ese momento) que infligió un asqueroso crimen odioso en mi dulce y única hija Cassidy Trevan, el 15º Febrero 2014.
Cass tenía sólo 13 años en ese momento, y aunque pasé casi dos años haciendo todo lo que pude para tratar de mantenerla viva, no pude. A pesar de que la alejé de aquel lugar, ya ella no podía ir a la escuela otra vez, no podía estar cerca de la gente… Hasta un paseo rápido a las tiendas a menudo terminaba en lágrimas o ataques de pánico.
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