Una familia en los Estados Unidos actualmente tiene muchas razones para celebrar. Después de todo, hace tres años, la niña Kieran Veitz estaba al borde de la muerte. Hoy, con casi tres años, ella y sus padres celebran el hecho de que ella sobrevivió a un problema rarísimo. Kieran nació con el corazón y otros órganos fuera del cuerpo y tenía solo un 10% de chances de sobrevivir.
Kieran tiene un defecto congénito en el corazón. La ectopia cardíaca es un problema poco frecuente. Por cada millón de personas, entre 5.5 y 8 individuos nacen con este defecto. Poco después de que ella nació, la niña se sometió a una larga cirugía para introducir el corazón, los intestinos y el hígado.
El descubrimiento del problema
Los padres de Kieran, Caitlin y Brian, descubrieron que su hija nacería así cuando aún estaba embarazada. Durante un examen de ultrasonido, los médicos confirmaron que Kieran nacería con los órganos fuera del cuerpo. A pesar de esto, ellos le dijeron a la familia que sería posible que se sometiera a una cirugía para colocarle los órganos en su lugar. Sin embargo, las posibilidades de supervivencia de la niña eran bajas.
La cirugía de Kieran se realizó inmediatamente después del parto. Esta duró 5 horas. La recuperación del bebé en la UCI se prolongó durante 5 meses. Después, regresó a casa y desde entonces ha pasado por visitas constantes a médicos y tratamientos. Los padres garantizan que solo a la edad de 2 años de Kieran, la vida comenzó a normalizarse.
Los días en la actualidad
Kieran se convirtió en una niña fuerte. De acuerdo con sus padres, es cabezota, terca y le encanta jugar con los coches. Ella ya conoce todas las letras del alfabeto, pero tiene un retraso motor debido al tiempo que estuvo entubada. Los padres dicen que cada día se va desarrollando un poco más.
La niña todavía se alimenta por un tubo, pero muestra más y más ganas de comer sola. Los padres creen que esto puede suceder en 6 o 12 meses. Ella está en terapia y asistirá a una guardería en breve. Se le prestará especial atención para alcanzar el mismo nivel cognitivo que los demás niños.
A punto de cumplir 3 años en marzo, Kieran demuestra que la vida es algo sorprendente. Sus padres aprendieron una lección de humildad y fe durante ese período. Estos afirman que sin el problema que Kieran tuvo, tal vez hoy no valorarían la vida humana como la valoran.